Más de 250.000 personas participaron en una manifestación masiva en defensa de los derechos del colectivo
No era solo una marcha. Era un grito colectivo, una fiesta diversa y un acto de resistencia. Este sábado 19 de Julio, más de 250.000 personas recorrieron las calles de Barcelona en la manifestación unitaria del Pride 2025. Una cifra que, más allá de su magnitud, deja claro un mensaje: frente a los retrocesos, seguimos aquí. Y no estamos dispuestes a callar.


Una cultura que une, transforma y no se rinde
El lema elegido este año, “Cultura LGTBIQ+, Cultura Universal”, no fue casual. La propuesta de Pride Barcelona situó la cultura como hilo conductor de todo el programa: arte, música, palabra, pensamiento, historia y memoria queer. Todo eso que nos sostiene cuando lo demás tambalea.
Porque sí, celebrar es necesario, pero también lo es recordar que hay derechos que se están cuestionando. ¿Cómo resistir sin dejar de ser quienes somos? ¿Cómo tejer puentes entre generaciones y colectivos distintos sin perder la fuerza del grito común?



Una marcha masiva, diversa y transversal
El recorrido empezó en Plaça Universitat y finalizó en el Passeig de Lluís Companys, atravesando el corazón de la ciudad con más de 50 carrozas y decenas de colectivos caminando codo a codo.
Desde asociaciones vecinales hasta grupos activistas, pasando por colectivos racializados, trans, migrantes, personas mayores LGTBIQ+, familias diversas o juventudes queer: todes encontraron un lugar en esta jornada donde la pluralidad no solo se visibilizó, sino que se celebró con fuerza.
Y al llegar al final del recorrido, la música tomó el relevo. Conciertos, performances y discursos se sucedieron en los escenarios principales, transformando el Passeig de Lluís Companys y la Plaça Universitat en una auténtica fiesta popular. Pero no una cualquiera, sino una fiesta que reivindica, que recuerda, que pone el cuerpo, la palabra y la emoción en el centro.


Frente al odio: orgullo, arte y comunidad
La ola reaccionaria que recorre Europa —y que también amenaza aquí— ha sido una de las preocupaciones compartidas durante el Pride 2025. El avance de discursos que cuestionan derechos adquiridos no puede dejarnos indiferentes.
Desde la organización de Pride Barcelona se ha insistido: “El orgullo es cultura. La cultura es resistencia. Barcelona no da pasos atrás”. Y, tal como se vivió este fin de semana, no se trata solo de palabras. La implicación de voluntaries, la participación ciudadana y el respaldo de entidades e instituciones han reforzado la idea de que el activismo no solo resiste en los márgenes: también ocupa el centro.
¿Y ahora qué?
La jornada del sábado fue un éxito. Pero también nos deja preguntas. ¿Cómo mantener esta energía durante todo el año? ¿Qué hacemos cada une, desde donde estamos, para defender lo que se ha logrado y seguir avanzando?
El Pride es una cita importante, pero la lucha por los derechos LGTBIQ+ es constante. Que la cultura sea una aliada permanente. Que el arte nos acompañe. Y que nunca olvidemos que ser visibles, juntas y orgulloses, es también una forma de transformar el mundo.