Puede que la palabra suene lejana. Pero el fenómeno está mucho más cerca de lo que pensamos.
El sexilio no ocurre solo entre países. En España, miles de personas LGTBIQ+ migran cada año desde pueblos o zonas rurales hacia ciudades más grandes buscando algo tan básico como poder vivir su sexualidad con libertad.
No lo hacen siempre por capricho o por trabajo. Lo hacen porque necesitan respirar. Porque quieren salir del armario sin ser señalades. Porque desean amar, vestirse, follar o existir sin tener que dar explicaciones.
Y eso, en muchas partes del territorio, todavía no es posible.
🌍 ¿Qué es el sexilio?
El término sexilio fue acuñado en los años 90 para referirse a aquellas personas que, por motivos relacionados con su sexualidad o identidad de género, se ven forzadas a migrar.
Se ha hablado mucho del sexilio internacional: jóvenes queer que dejan países donde ser LGTBIQ+ es ilegal, perseguido o castigado, buscando seguridad en Europa o América del Norte.
Pero el sexilio interno también existe. Y en España, tiene nombre, cara y mapa.
🧭 ¿De dónde salen y a dónde van?
Aunque no hay cifras oficiales, los patrones son claros:
📍 De dónde:
- Pueblos pequeños, especialmente en zonas rurales de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia, Aragón, Murcia o Extremadura.
- Ciudades medias con fuerte presencia religiosa o conservadora.
- Entornos familiares o escolares con presión social, acoso o negación de la identidad.
🏳️🌈 A dónde:
- Madrid (Chueca, Lavapiés, Malasaña…)
- Barcelona (Eixample, Raval, Gràcia…)
- Valencia, Sevilla, Bilbao o Palma
- Municipios costeros con cultura más abierta, como Sitges o Torremolinos
La gran mayoría busca espacios con mayor presencia LGTBIQ+, redes de apoyo, anonimato y posibilidades reales de explorar su identidad.
🧠 ¿Por qué se marchan? (Y qué dejan atrás)
Las motivaciones del sexilio interno son variadas, pero suelen girar en torno a:
🔒 Escapar de la represión
Vivir en un pueblo donde no puedes caminar de la mano con tu pareja, usar pronombres correctos o simplemente vestirte como quieres sin miedo desgasta. Y agota.
🏳️🌈 Buscar comunidad
El aislamiento emocional es real. Muchas personas LGTBIQ+ se crían sin referentes, sin amigas, sin espacios seguros. La migración es también un viaje hacia la tribu.
❤️ Poder amar sin esconderse
Para muches, la primera relación libremente vivida solo llega después del sexilio. Es entonces cuando pueden explorar vínculos afectivos o sexuales sin culpa ni doble vida.
💼 Oportunidades laborales
Aunque no siempre es la razón principal, muchas personas aprovechan el traslado a una gran ciudad para reinventarse profesionalmente en sectores más abiertos o creativos.
Pero todo esto tiene un precio: la familia que se deja, las raíces que se cortan, la identidad que se fragmenta.
💬 Voces desde el sexilio
“Me fui de Albacete a los 19. No es que no pudiera ser gay. Es que no podía ni hablar de ello.” — Miguel, 29 años, vive en Lavapiés
“En mi pueblo no era trans. Era ‘la rara’. En Barcelona fui por primera vez yo misma.” — Rita, 25 años, ahora vive en el Raval
“Volví al pueblo en Navidad con mi pareja. Nos miraban como si fuésemos extraterrestres. Nunca me había sentido tan forastere en mi propia casa.” — Leo, 32 años, no binarie
Perspectiva crítica: ¿y si también hay elitismo en el sexilio?
Migrar no es fácil. Pero no todo el mundo puede hacerlo.
Requiere dinero, contactos, independencia y una mínima red de seguridad.
Las personas trans, racializadas, con discapacidad, migrantes o de clase trabajadora lo tienen aún más difícil. Y muchas veces quedan atrapadas en lugares hostiles, sin opción de marcharse.
Por eso, romantizar el sexilio como “liberación” sin atender a sus condiciones materiales puede invisibilizar realidades muy complejas.
¿Qué podemos hacer para que nadie tenga que marcharse para ser quien es?
1. Crear espacios seguros en todos los territorios
Bibliotecas, centros culturales, asociaciones, institutos… la visibilidad no puede ser solo urbana. El Orgullo rural también existe y necesita apoyo.
2. Escuelas con educación afectivo-sexual real
Muchas historias de sexilio comienzan en el aula. La prevención del bullying queerfóbico salva vidas.
3. Formación en diversidad en los entornos sanitarios, laborales y sociales
Que te respeten en el ambulatorio, en el trabajo o en el bar del pueblo no debería depender de tu código postal.
4. Ayudas públicas para personas LGTBIQ+ expulsadas de sus hogares
Hay jóvenes queer que se quedan en la calle tras salir del armario. No hablamos de elección. Hablamos de emergencia.
❤️ El regreso (o no) tras el sexilio
Algunas personas regresan años después. Otras, nunca.
Volver al pueblo con tu pareja, con otro cuerpo, con otro nombre… puede ser un acto de poder.
O una experiencia dolorosa.
¿Se puede reconstruir ese puente? ¿Puede una familia conservadora aprender a abrazar? ¿Puede un pueblo cambiar?
La respuesta no es única. Pero sí sabemos esto: quienes se marcharon no lo hicieron por huir, sino por vivir.
✨ Conclusión: migrar por ser tú también es político
El sexilio es real. Silencioso. Cotidiano. No siempre dramático, pero casi siempre profundo.
Es una migración interna que nos habla de las fracturas entre centro y periferia, entre libertad e imposición, entre visibilidad y supervivencia.
Y aunque en las ciudades pueda haber más espacios seguros, eso no es excusa para olvidarnos de quienes aún no pueden salir. Ni de quienes sueñan con volver sin esconderse.
Porque el verdadero Orgullo será completo cuando no tengamos que marcharnos para poder amarnos.