Ser no binarie no es una moda. No es un invento nuevo. Tampoco es una confusión.
Pero aún así, muchísima gente sigue sin entender bien de qué va. Ni siquiera quienes forman parte del colectivo LGTBIQ+.
Porque lo no binario no encaja fácil en el cajón del azul o del rosa. Y eso desconcierta.
En este artículo queremos contar lo que no siempre se explica: cómo se vive, se siente y se acompaña a una persona no binaria, sin necesidad de tener todas las respuestas, pero sí muchas ganas de aprender.
📚 Empecemos por lo básico: ¿qué significa “no binarie”?
Una persona no binaria no se identifica exclusivamente como hombre o como mujer. Puede sentirse en un punto intermedio, moverse entre géneros, no tener ninguno o tener una identidad completamente distinta.
Es importante saber que:
-
No es lo mismo que ser trans, aunque muchas personas no binarias forman parte del paraguas trans.
- Advertisement - -
No tiene que ver con la orientación sexual.
-
No implica necesariamente cambiar de nombre, pronombres o apariencia.
En resumen: es una vivencia de género fuera del sistema binario, que no siempre es visible pero sí profundamente real.
🧠 Lo que no se ve (y a veces nadie explica)
1. Ser no binarie no significa estar confundide
No es una “etapa” ni un “paso previo” a definirse como hombre o mujer. Para muchas personas, es su identidad estable y definitiva. Y aunque pueda evolucionar, eso no la hace menos válida.
2. La sociedad te obliga a elegir, constantemente
Desde el DNI hasta el baño público, todo está pensado para dividir entre “hombres” y “mujeres”. Las personas no binarias enfrentan cada día microviolencias estructurales: no saber qué casilla marcar, que no haya ropa neutra en tiendas, que nadie entienda sus pronombres.
3. El lenguaje puede ser una trampa
Muches usan la “e” como marca de género neutro, pero no es la única opción. Hay quien prefiere “elle”, otrxs la “x”, o simplemente su nombre sin más.
Lo importante no es el formato, sino el respeto al pronombre y a la identidad elegida.
4. No todes quieren hormonarse ni operarse
Asociar la identidad de género a los cambios físicos perpetúa una idea normativa. Ser no binarie no requiere una validación médica ni una transformación corporal. La identidad está en cómo se vive, no en cómo se ve.
5. Acompañar también es soltar el control
Si eres madre, padre, pareja, docente o amigue de una persona no binaria, no lo vas a entender todo al principio. Pero no hace falta. Lo que hace falta es estar disponible, escuchar, preguntar con cariño y no dar por hecho.
🤝 Cómo acompañar si no eres no binarie (y no meter la pata en el intento)
Acompañar no es entenderlo todo. Es elegir estar ahí. Estas son algunas claves para hacerlo con respeto y empatía:
✅ Pregunta los pronombres (y úsalos)
Si no sabes cómo referirte a alguien, pregunta. Y si te equivocas, pide perdón y corrige. No hagas de eso un drama.
Un simple “gracias por decírmelo, lo tendré en cuenta” vale más que mil excusas.
✅ No cuestiones su forma de vestir
La expresión de género no define la identidad. Que alguien no binarie lleve falda, barba, maquillaje o corbata no anula su vivencia.
No te corresponde decidir si “parece” lo que dice ser.
✅ Evita hacer preguntas invasivas
“¿Y cómo haces para tener sexo?” “¿Te operaste?” “¿Tu familia lo sabe?”
Antes de preguntar algo, piensa: ¿lo preguntaría si fuera cis?
✅ Cede espacios y visibilidad
Si estás en un entorno donde hay personas no binarias, dales la palabra, escucha sus experiencias, comparte sus contenidos y respeta sus procesos.
No hables sobre elles sin contar con elles.
❓Lo que a veces duele: incluso dentro del colectivo
Una realidad incómoda es que las personas no binarias no siempre se sienten acogidas dentro del propio colectivo LGTBIQ+.
Muchas veces, en eventos, medios o incluso espacios activistas, solo se visibilizan identidades binarias.
Se las cuestiona, se les niega voz, o se las considera “demasiado complejas”.
Y si ni dentro de casa nos escuchamos, ¿cómo queremos cambiar el mundo fuera?
⚠️ Perspectiva crítica: ¿estamos romantizando lo no binario?
Sí, existe un riesgo.
A veces, en redes sociales o en ciertas marcas, se ha empezado a usar la identidad no binaria como una aesthetic. Como algo “cool”, “moderno” o incluso “aprovechable” para campañas de diversidad.
Y aunque visibilizar es necesario, cosificar identidades también puede ser violento.
No todes quieren ser influencers. No todes quieren educar. No todes se sienten segures fuera del anonimato. Y eso también es válido.
🌈 Ser no binarie es vivir en los márgenes… y también en el centro
Aunque el mundo insista en dibujar fronteras, hay personas que habitan los márgenes con dignidad. Con dudas. Con fuerza.
La identidad no binaria es real aunque no se vea. Es legítima aunque no se entienda. Y es importante aunque incomode.
Acompañar a alguien no binarie no es solo usar el pronombre correcto.
Es abrir la mente. Es aprender a dudar. Es sostener.
Y, si lo eres tú, saber que no estás solx. Que hay espacio para ti. Que no tienes que elegir un bando.