La artista andaluza debutó en el escenario del St. Jakobshalle con una puesta en escena vibrante y una propuesta visual que no dejó a nadie indiferente. ¿Está España más cerca de conquistar el micrófono de cristal?
Una primera vez con sabor a triunfo
Por fin llegó el momento. Tras meses de preparación, ensayos y expectativas, Melody ha presentado en directo “Esa Diva”, la candidatura española para Eurovisión 2025. Ha sido durante el Jury Show de la primera semifinal, en el imponente St. Jakobshalle de Basilea, Suiza. Un recinto completamente lleno y entregado al espectáculo que ofreció la representante española.
Aunque se trataba de su primera actuación con público, Melody demostró que el escenario es, sin duda, su hábitat natural. En tres minutos de pura energía, demostró que su propuesta no es solo sólida sobre el papel, sino magnética en directo. Cada gesto, cada mirada y cada paso de baile reafirmaron que está viviendo uno de los momentos más decisivos de su carrera.
Escenografía: fuerza, identidad y transformación
El arranque fue cinematográfico. Una plataforma elevada, luces en blanco y negro y una silueta flamenca que anticipaba algo grande. La artista apareció vestida con un traje negro de cola larga, sombrero cordobés y uñas afiladas, todo envuelto en un aura de misterio. De repente, un giro visual inesperado: la cola del vestido se abrió para dar paso a cinco bailarines que emergieron como si nacieran de su interior.
El simbolismo fue claro: libertad, poder, metamorfosis. Fue un guiño a todas esas identidades que, a menudo, florecen tras años de represión. En un festival tan seguido por la comunidad LGTBIQ+ y con tanto potencial narrativo, estos gestos no son solo estética. También son mensaje.
Un cuerpo de baile que no se queda atrás
Álex Bullón, Vicky Gómez, Marc Montojo, Ana Acosta e Iván Matías Urquiaga acompañaron a Melody en cada compás. El quinteto brilló con luz propia, aportando dinamismo y precisión a la coreografía. Su entrega fue evidente desde el primer segundo, ayudando a elevar una actuación ya de por sí potente.
Y cuando Melody bajó de la plataforma y caminó sobre una alfombra LED roja, desplegada a sus pies, la narrativa visual dio un salto más. De la solemnidad inicial a la imagen de diva empoderada, todo fluyó con coherencia escénica. El cambio de vestuario final —un body plateado y brillante— no fue solo estético, sino simbólico: una transformación completa.
Una cita que ya forma parte de la historia de la artista
Con más de 200 millones de espectadores en todo el mundo, Eurovisión no es solo un festival. Es un escaparate cultural, un evento político, una celebración de la diversidad. Y para muchas personas, especialmente dentro del colectivo LGTBIQ+, es también un espacio de visibilidad, de expresión y de orgullo.
Melody volverá a pisar el escenario durante el ensayo general conocido como family show, antes de su participación oficial en la primera semifinal el martes 13 de mayo. Actuará entre la cuarta y la quinta posición, y la retransmisión podrá seguirse en directo a las 21:00h a través de La 1 de TVE y RTVE Play.