Seguramente has escuchado las palabras «cisgénero», «hombre cis» o «mujer cis» en algún momento. Aparecen en redes sociales, en conversaciones sobre diversidad y, cada vez más, en nuestro día a día. Pero, ¿Qué significan realmente? ¿Por qué es importante conocer estos términos? Vamos a desglosarlo de manera sencilla, sin enredos ni tecnicismos.
¿Qué significa ser cisgénero?
Empecemos por lo básico. Ser una persona cisgénero significa que tu identidad de género coincide con el sexo que te asignaron al nacer. Es decir, si al nacer te dijeron «es un niño» y, al crecer, te identificas como hombre, eres un hombre cis. Si te asignaron «es una niña» y te identificas como mujer, eres una mujer cis. Así de simple.
El término «cisgénero» viene del prefijo latino «cis-«, que significa «del mismo lado». Se usa para diferenciarlo de «transgénero», que describe a personas cuya identidad de género no coincide con el sexo asignado al nacer.
¿Por qué usamos la palabra «cis»?
Aquí es donde algunas personas se preguntan: «¿Por qué necesitamos una palabra para esto? ¿No es suficiente decir hombre o mujer?». La respuesta es que sí, podríamos decir simplemente «hombre» o «mujer», pero incluir el término «cisgénero» ayuda a visibilizar que no todas las personas experimentan el género de la misma manera.
Antes, cuando se hablaba de género, lo «normal» o lo esperado era que la identidad de una persona coincidiera con su sexo asignado al nacer. Pero la realidad es que hay muchas formas de vivir el género. Usar «cisgénero» ayuda a reconocer que ser trans también es una experiencia válida y legítima, en lugar de ver lo cis como «lo normal» y lo trans como «lo diferente».
¿Cuál es la diferencia entre cisgénero y heterosexual?
Aquí viene otra confusión común. Ser cisgénero no significa automáticamente ser heterosexual. El término «cis» solo habla de identidad de género, mientras que «heterosexual» se refiere a la orientación sexual. Puedes ser un hombre cis y ser gay, bisexual, pansexual o heterosexual. Lo mismo ocurre con las mujeres cis.
En otras palabras, ser cisgénero solo indica que te identificas con el género que te asignaron al nacer. Lo que te atrae o con quién te relacionas romántica o sexualmente es otra historia.
¿Ser cisgénero implica privilegios?
Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Vivimos en un mundo donde la cisnormatividad (la idea de que ser cis es lo «normal» y lo esperado) está en todas partes. Desde los formularios administrativos hasta las películas y los baños públicos, la sociedad está diseñada pensando en personas cisgénero. Esto significa que, sin darte cuenta, si eres cis, es probable que tengas ciertos privilegios que las personas trans no tienen.
Por ejemplo:
- No necesitas explicar tu identidad de género constantemente.
- No tienes que preocuparte de que tu documentación no coincida con tu apariencia.
- No enfrentas discriminación o violencia simplemente por ser quien eres.
- No necesitas hacer trámites legales o médicos para que tu identidad sea reconocida.
Esto no significa que todas las personas cis vivan vidas fáciles o sin problemas, pero sí que, al menos en lo que respecta al género, la sociedad está estructurada para que encajen sin mayor complicación.
¿Ser cisgénero es una identidad?
Sí y no. Muchas personas cis nunca han pensado en su identidad de género porque nunca han tenido que cuestionarla. Y eso es completamente válido. Sin embargo, nombrar la experiencia cisgénero es importante para entender que el género no es algo fijo ni universal, sino que hay muchas maneras de vivirlo.
Al final, la identidad de género es algo personal. Algunas personas exploran su género y descubren que son trans, no binarias o de género fluido. Otras simplemente se sienten cómodas con el género que les asignaron y nunca piensan mucho en ello. Y eso también está bien.
¿Por qué es importante hablar de esto?
Puede que pienses: «Vale, entiendo qué significa ser cis, pero ¿por qué importa tanto?». La respuesta es simple: porque hablar de género con conocimiento y respeto hace que el mundo sea un lugar más inclusivo.
Reconocer que existen diferentes experiencias de género nos ayuda a empatizar con quienes no encajan en las normas tradicionales. También nos permite desafiar ideas rígidas sobre lo que significa ser hombre o mujer y construir una sociedad más justa para todas las identidades.
Reflexionemos un poco…
Ahora que ya conoces qué significa ser cisgénero, ¿has pensado alguna vez en tu propia identidad de género? ¿Te has preguntado cómo sería tu vida si no te identificaras con el género que te asignaron al nacer? ¿O si tuvieras que luchar para que te reconocieran por quien realmente eres?
No hay respuestas únicas, pero lo importante es abrir la conversación. Comprender estos términos no es solo cuestión de lenguaje, sino de reconocer y respetar la diversidad que nos rodea.
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