domingo, junio 15, 2025

🧠 Salud mental y disidencia: estrategias de autocuidado en contextos hostiles

📝 Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de quien lo firma y no reflejan necesariamente la postura de Revista Rainbow. Asimismo, Revista Rainbow no se hace responsable del contenido de las imágenes o materiales gráficos aportados por les autores, colaboradores o colaboradoras.

Publicidad

Ser LGTBIQ+ en un mundo que no siempre abraza la diversidad es, muchas veces, vivir con el cuerpo en alerta. No solo por lo que se dice o se hace, sino por lo que se insinúa, se niega o se silencia. Y todo eso, aunque no se vea, deja huella. En la mente. En el ánimo. En la forma de habitar el día a día.

Por eso hablar de salud mental en contextos hostiles no es un capricho: es una necesidad. Y también un acto político.

¿Qué entendemos por “contexto hostil”?

No hace falta vivir una agresión directa para sentir que el entorno no es seguro. A veces, basta con:

Publicidad
  • Escuchar chistes que te invisibilizan o ridiculizan.

  • No ver a nadie como tú en la tele, en la calle, en tu familia.

  • Tener que corregir tu lenguaje, tu ropa, tu forma de moverte para evitar miradas.

  • Saber que tu médico no entiende tu identidad.

    - Advertisement -
  • Estar rodeade de discursos de odio, incluso en la política o los medios.

Todo eso genera un clima de tensión constante que se va acumulando. Y sí, eso también es violencia.

La salud mental en la comunidad LGTBIQ+

Las estadísticas lo dicen claro: los índices de ansiedad, depresión, autolesiones y pensamientos suicidas son significativamente más altos entre personas LGTBIQ+ que en la población general. Y dentro del colectivo, aún más altos en jóvenes, personas trans, racializades o con discapacidad.

- Advertisement -

Pero esto no es por ser queer, sino por tener que sobrevivir a un entorno que muchas veces te rechaza, te patologiza o te reduce a estereotipos. A esto se le llama estrés de las minorías, y no se cura con yoga o afirmaciones positivas. Se enfrenta con comprensión, acompañamiento y estructuras que sostengan.

Estrategias reales de autocuidado queer

Hablamos mucho de autocuidado, pero pocas veces se traduce en acciones concretas. Aquí te dejamos algunas estrategias reales y posibles, pensadas desde la experiencia de quienes resisten desde la disidencia:

🛑 1. Pon límites sin culpa

Decir “no” también es salud mental. No tienes por qué estar en espacios donde sientas que tu identidad está en juicio o en riesgo constante. Cortar relaciones que dañan, aunque sean familiares, también es una forma de cuidarte.

🎧 2. Crea tus propios rituales de calma

Puede ser escuchar tu playlist segura, escribir lo que sientes sin filtro, darte una ducha consciente o acariciar a tu mascota. El ritual no tiene que ser perfecto. Solo tiene que funcionar para ti.

🌐 3. Busca referentes y comunidades

No estás sole. Puede que no haya nadie como tú en tu entorno cercano, pero hay redes online, proyectos culturales, cuentas en redes sociales, libros y películas que te pueden recordar que existes, vales y no estás mal por ser quien eres.

🤝 4. Terapias afirmativas

Si decides ir a terapia, asegúrate de que sea con una persona que tenga formación en diversidad sexual y de género. Una mala experiencia puede hacer más daño que no ir. Hay directorios LGTBIQ+ y asociaciones que ofrecen acompañamiento psicológico seguro.

✊ 5. Militancia como refugio (pero con cuidado)

El activismo puede ser una vía de canalización, pero también puede ser agotador. Si estás en espacios militantes, revisa que no se reproduzcan violencias, que te permitan descansar y que tu salud mental no quede en segundo plano por la causa.

El autocuidado también es colectivo

Cuidarse no es solo una responsabilidad individual. También es mirar a tu alrededor y ver cómo puedes sostener a otres. A veces, el simple hecho de escuchar sin juzgar, acompañar a una consulta médica o recordarle a alguien que su identidad tiene valor, puede marcar una gran diferencia.

Crear entornos seguros es parte del autocuidado colectivo: espacios donde se pueda hablar sin miedo, compartir recursos, llorar si hace falta y reír cuando se pueda.

Porque aunque lo personal es político, lo colectivo también sana.

¿Y qué pasa cuando no hay espacio para cuidarse?

Aquí viene la parte difícil. No siempre es fácil aplicar estrategias de autocuidado si vives en un entorno extremadamente hostil, sin recursos, o con violencias cruzadas. Hay personas que, literalmente, no pueden parar. Que tienen que sobrevivir a lo básico antes de poder pensar en salud mental.

Y en esos casos, no hay una receta mágica. Solo una certeza: mereces cuidado. Aunque el mundo no lo diga. Aunque no tengas energía. Aunque sientas que estás haciendo todo mal.

A veces, resistir también es acostarte cinco minutos sin hacer nada. Y que eso sea suficiente por hoy.

⚠️ Una mirada crítica: ¿el autocuidado puede volverse trampa?

En los últimos años, el concepto de autocuidado ha sido cooptado por el marketing y vaciado de sentido. Parece que todo se resuelve con una mascarilla facial o una vela aromática. Pero no, no todo se arregla con “amor propio”.

El autocuidado real también es enfadarse, decir basta, denunciar, pedir ayuda, reconocer la rabia. Si convertimos el autocuidado en una obligación más dentro de un sistema que ya nos sobrecarga, puede volverse otra fuente de ansiedad.

Cuidarse no debería ser una imposición. Debería ser un derecho.

Cuidarnos es político

No tenemos todas las respuestas. Y tampoco pretendemos darlas. Pero sí queremos que quede claro que cuidar la salud mental dentro del colectivo LGTBIQ+ no es un lujo. Es urgente.

Porque la violencia no siempre deja moretones. A veces se instala en la forma en la que nos hablamos a nosotres mismes, en la sensación de no encajar nunca o en la tristeza inexplicable de los domingos por la tarde.

Y frente a eso, necesitamos recordarnos que merecemos calma. Que no estamos soles. Que hay otras formas de estar, de habitar y de respirar.

Ojalá este artículo sea un primer paso. O una mano tendida.

Publicidad
Publicidad

Top 5 Esta Semana

Post relacionados

Publicidad
Publicidad
Adrià Q.I
Adrià Q.I
Crecí en un pequeño pueblo costero donde ser diferente era una forma de resistencia. Hoy soy médico y activista, y lucho porque la salud respete todas las identidades. No me separo de mi termo arcoíris ni en las guardias. Sueño con un sistema donde ser trans o no binarie no sea un obstáculo. Mi mayor referente es Indya Moore. Mi receta favorita: respeto, consentimiento… y un buen playlist de R&B. Dato curioso: Tengo un tatuaje de una célula sonriente en el tobillo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Novedades