A veces la migración no tiene que ver con buscar trabajo, estudiar o escapar de una guerra.
A veces se emigra simplemente por querer amar en libertad, vestir sin miedo, existir sin esconderse.
A eso se le llama sexilio: la migración forzada de personas LGTBIQ+ que huyen de contextos donde su identidad o deseo es criminalizado, castigado o invisibilizado.
En este artículo vamos a hablar del sexilio a escala global: qué lo provoca, hacia dónde se dirigen las personas exiliadas, cómo se sienten, qué pierden… y también qué reconstruyen.
🌍 ¿Qué es el sexilio (y por qué aún sucede)?
El sexilio es una forma de exilio, pero con una motivación concreta: la orientación sexual, identidad de género o expresión de género de la persona.
Es un fenómeno silencioso, doloroso y más común de lo que pensamos.
En más de 60 países del mundo, las relaciones entre personas del mismo sexo están penalizadas. En al menos 11, podrían llevar a la pena de muerte. Y en muchos más, aunque no haya leyes explícitas, la homofobia y transfobia social se traduce en violencia, abandono, cárcel, violaciones correctivas o asesinatos.
En ese contexto, muchas personas LGTBIQ+ no tienen otra salida que irse.
🔥 ¿Desde dónde migran?
Aunque cada historia es única, hay regiones del mundo donde el sexilio es más frecuente:
África subsahariana
Países como Nigeria, Uganda o Somalia castigan la homosexualidad con penas de cárcel o incluso muerte. El auge de leyes antihomosexuales recientes ha multiplicado el número de solicitantes de asilo LGTBIQ+.
Oriente Medio y Norte de África
En lugares como Irán, Arabia Saudí, Yemen o Egipto, ser gay, lesbiana o trans es ilegal y puede ser letal.
Muchas personas intentan llegar a Europa o Canadá con visados de estudio, trabajo o directamente como refugiades.
América Latina y el Caribe
Aunque hay avances en países como Argentina o Uruguay, en otros como Honduras, El Salvador o Jamaica las personas trans y homosexuales son asesinadas con total impunidad.
El crimen de odio y el exilio van de la mano.
Europa del Este y Asia Central
En Rusia, Chechenia o Georgia, el acoso estatal y social hacia la población LGTBIQ+ ha provocado desplazamientos internos y externos.
🏳️🌈 ¿A dónde se va la gente?
📍 Canadá
Es uno de los países más abiertos a otorgar asilo por motivos LGTBIQ+. Tiene políticas públicas y asociaciones que acompañan a personas queer refugiadas desde el primer momento.
📍 España
España no solo reconoce el derecho de asilo por orientación sexual o identidad de género, sino que muchas ciudades tienen redes de acogida específicas.
Barcelona y Madrid son destinos clave del sexilio queer.
📍 Alemania, Países Bajos, Francia
También reciben muchas solicitudes, aunque en algunos casos el proceso es largo y lleno de obstáculos burocráticos.
📍 Argentina
Aunque no siempre se visibiliza, Argentina se ha convertido en un destino para personas LGTBIQ+ migrantes, sobre todo de países vecinos.
Tiene una de las legislaciones más avanzadas en derechos trans del mundo.
🧠 ¿Cómo afecta este fenómeno a los países de origen?
El sexilio supone una fuga de diversidad, creatividad y transformación social.
Cada persona queer que se va es un activismo menos, un referente menos, una comunidad rota.
Además, el silencio se refuerza: cuanto más se marchan quienes podrían desafiar la norma, más se perpetúa la idea de que “aquí eso no existe”.
Y no olvidemos que muchas veces son los países que más han colonizado los cuerpos y deseos los que luego se erigen en destinos “seguros”. Esto también plantea preguntas incómodas sobre privilegios, visados y desigualdades globales.
💬 ¿Y qué pasa con la persona que migra?
Migrar por ser quien eres no es lo mismo que migrar por elección. Tiene sus luces, pero también sus sombras.
🌟 Lo positivo:
- Libertad para explorar tu identidad sin miedo.
- Acceso a comunidades queer y redes de apoyo.
- Posibilidad de construir vínculos afectivos o sexuales por primera vez.
- Reconocimiento legal de tu género o relaciones.
🌑 Lo doloroso:
- Ruptura familiar y emocional.
- Soledad profunda en los primeros años.
- Trámites migratorios largos, fríos e invasivos.
- Dudas constantes sobre si “mereces estar aquí”.
- Racismo, clasismo o xenofobia en los países receptores, incluso dentro del propio colectivo.
Migrar no lo resuelve todo. Pero a veces, es lo único que permite seguir adelante.
🤲 ¿Cómo podemos acompañar estos procesos?
Si vives en un país receptor, estas son formas concretas de acompañar desde la empatía:
- Escucha sin infantilizar ni romantizar.
- Infórmate sobre los derechos de asilo por motivos LGTBIQ+.
- Apoya asociaciones que trabajan con migración queer.
- Revisa tus propios privilegios: no todas las personas queer tienen las mismas oportunidades.
- Haz espacio para las voces migrantes dentro del activismo LGTBIQ+. Que hablen elles.
❗ Reflexión crítica: ¿no estamos idealizando los países “seguros”?
Sí, hay lugares donde las leyes protegen más.
Pero eso no significa que sean paraísos.
En muchos de esos países, el racismo, la transfobia o la xenofobia también están presentes, incluso en instituciones, cuerpos policiales o asociaciones LGTBIQ+.
A veces, la persona migrante escapa del fuego para aterrizar en una casa fría.
Y la inclusión debe ser algo más que un papel firmado o una bandera en la puerta.
🧭 Conclusión: migrar por ser tú es un acto de coraje (y de duelo)
El sexilio es, a la vez, una herida y una esperanza.
Una huida que a veces se convierte en renacimiento. Otras, en exilio perpetuo.
Y aunque nos gustaría vivir en un mundo donde nadie tuviera que irse por amar, la realidad nos recuerda que ese mundo aún no existe.
Por eso, mientras seguimos construyéndolo, no miremos a otro lado.
Quien migra por amor, por identidad o por deseo también merece refugio, ciudadanía y orgullo.