La noche prometía y no defraudó. A veces, las expectativas son altas… pero cuando estás en la Sala Apolo, en pleno corazón de Barcelona, rodeade de gente vibrando después de Eurovisión, y con Nebulossa a punto de salir al escenario, sabes que estás ante algo más que una fiesta.
Porque lo que vivimos este domingo en Churros con Chocolate – Eurovisión Party 2025 fue mucho más: fue comunión, fue catarsis, fue baile, fue libertad. Y sobre todo, fue música de la buena, de la que no solo se escucha: se grita, se corea, se vive. Y con Nebulossa al frente, era imposible que fuera de otra forma.
🕙 A las 22h, se encendió la mecha
Sin apenas preámbulos, a las diez en punto de la noche el escenario se iluminó y apareció Nebulossa. El público, ya entregado desde hacía rato, estalló. No hacía falta presentación. Bastó con los primeros acordes de “Cotilleo”, su último single, para que la pista de Apolo se convirtiera en un coro colectivo.
Es un tema fresco, provocador, divertido, con esa mezcla de ironía y crítica que elles manejan tan bien. Lo estrenaron en directo con toda la fuerza que requiere una noche así, y fue el inicio perfecto para un show que no bajó el ritmo ni un segundo.
🔥 Un repaso a sus himnos… y un cover que hizo historia
Tras el “Cotilleo”, llegaron más momentazos. El público coreó con euforia “Venenosa”, su potente colaboración con Mónica Naranjo, y por supuesto, no faltó la canción que les catapultó al estatus de icono queer nacional: “Zorra”. No importa cuántas veces se haya escuchado, verla en directo sigue siendo un grito colectivo de empoderamiento.
Y como si eso fuera poco, se marcaron un cover que puso los pelos de punta: “A quién le importa”, el himno de Alaska que tantas generaciones han hecho suyo. Fue uno de esos instantes donde la nostalgia, el presente y la reivindicación se funden en uno solo. Pura emoción.
🎉 Churros con Chocolate: el marco perfecto
Vale, sabemos que Churros con Chocolate lleva años siendo LA fiesta dominical en la ciudad. Pero cuando se alía con un after-Eurovisión, la cosa se desmadra. La energía en Apolo era imposible de describir del todo. Cada rincón, cada mirada, cada abanico agitándose, todo gritaba celebración. Y no una cualquiera: una celebración de ser, de existir como se es, de bailar sin culpa ni filtros.
El concierto de Nebulossa fue sin duda el momento central de la noche, pero no estuvo solo. La sesión de DJ después mantuvo a todes pegades al suelo hasta bien entrada la madrugada, con temas eurovisivos, petardeo del bueno y alguna que otra sorpresa. Porque sí, aquí se viene a sudar la camiseta y el glitter.
💬 Más allá del show: una conexión real con el público
Lo que Nebulossa tiene no se aprende. Es esa capacidad de conectar con la gente de forma auténtica, sin artificios. Quienes les seguimos desde hace tiempo sabemos que no buscan gustar a todo el mundo. Buscan decir lo que piensan, ponerle beat a lo incómodo, y hacerlo desde una estética propia, cuidada y sin miedo.
En Apolo no hicieron discursos largos ni poses grandilocuentes. Pero cada gesto, cada mirada, cada palabra, dejó claro que sabían dónde estaban y con quién estaban. Y eso, se agradece.
🌟 Lo que nos llevamos de esta noche
Lo que pasó el 18 de mayo en la Sala Apolo no fue solo un concierto. Fue un recordatorio. De lo importante que es tener espacios donde ser libre. De lo vital que es la música como vehículo de expresión. De lo mucho que necesitamos vernos reflejades en artistas como Nebulossa, que no piden permiso, que no se ajustan, que no encajan si no quieren.
Ellxs no ganaron Eurovisión. No les hacía falta. Han ganado algo más poderoso: el respeto y el cariño de una comunidad que les siente suya.