[gtranslate]

domingo, diciembre 7, 2025

Mi pareja quiere una relación abierta: ¿qué debo hacer?

📝 Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de quien lo firma y no reflejan necesariamente la postura de Revista Rainbow. Asimismo, Revista Rainbow no se hace responsable del contenido de las imágenes o materiales gráficos aportados por les autores, colaboradores o colaboradoras.

Publicidad

PEstás con alguien a quien quieres, compartís complicidades, afecto, quizá incluso un hogar. De repente, en una conversación que parecía inofensiva, surge la propuesta: “¿Y si abrimos la relación?”. El mundo se tambalea un poco. Lo que hasta ahora dabas por sentado, ya no lo es. Y entonces aparece la gran pregunta: ¿Qué hago yo con esto?

El deseo de abrir una relación monógama no es, por sí solo, una traición ni una señal de que algo anda mal. Pero sí es un cambio importante. Aceptarlo o no puede transformarlo todo. Por eso, antes de decidir, conviene parar, escuchar(se) y analizar con honestidad.

¿Qué significa realmente una relación abierta?

Aunque parezca obvio, no siempre lo es. Una relación abierta puede adoptar muchas formas: desde vínculos sexuales con otras personas, sin involucrarse emocionalmente, hasta poliamor explícito, donde los afectos se multiplican.

Publicidad

No hay una única definición válida. Por eso, si tu pareja te plantea esta posibilidad, lo primero es aclarar qué entiende exactamente por “abrir la relación”. ¿Se trata de explorar deseos sexuales? ¿De vivir amores múltiples? ¿Hay límites? ¿Reglas? ¿Consentimientos mutuos?

No se trata de firmar un contrato, pero sí de tener una conversación madura y clara. El consentimiento informado es la base de cualquier relación ética, monógama o no.

Tu deseo también importa

Es fácil perderse en el deseo del otro, sobre todo si hay amor. Pero igual de importante que lo que quiere tu pareja es lo que tú sentís. ¿Te atrae la idea? ¿Te incomoda? ¿Sientes curiosidad o miedo? ¿Estás dispueste a intentarlo, o no va contigo?

No hay respuestas buenas ni malas. Lo que sí hay es la necesidad de honestidad contigo misme. Forzarte a aceptar algo que no te nace puede acabar erosionando la relación y tu autoestima.

- Advertisement -

A veces, sentimos que decir “no” es rechazar a la otra persona. Pero no es así. Decir lo que necesitamos también es una forma de cuidar(se). Quizá vos querés seguir en la monogamia, y eso es tan válido como quien elige la no exclusividad.

¿Por qué ahora?

Otra pregunta que puede ayudarte a navegar esta situación es preguntarte —y preguntar— por qué surge ahora este deseo.

¿Es una búsqueda personal de crecimiento o exploración? ¿Hay algún vacío emocional o sexual en la relación? ¿Hay influencia externa? ¿Una crisis o una etapa de cambio?

- Advertisement -

Conocer el motivo no es para juzgar ni para buscar culpables. Pero entender el contexto permite tomar decisiones más informadas. A veces, la propuesta de abrir no viene de una carencia, sino de un crecimiento. Otras veces, sin embargo, sí puede estar tapando otras heridas.

El reto de los celos, la seguridad y los acuerdos

Una de las preocupaciones más habituales cuando se plantea una relación abierta es cómo manejar los celos. Es normal sentirlos. No son una señal de debilidad ni de posesividad irracional. Son humanos.

En modelos no monógamos éticos, los celos no se niegan, se gestionan. Se habla de ellos, se desarma su origen, se nombran los miedos. Esto requiere madurez emocional, comunicación constante y una capacidad de escucha que, a veces, no se aprende de un día para otro.

Además, será necesario hablar de acuerdos. ¿Qué está permitido y qué no? ¿Con quién? ¿Con qué frecuencia? ¿Se cuentan las experiencias o se mantienen en privado? Estas preguntas no se resuelven de una vez. Implican diálogo constante y revisión continua.

¿Qué pasa si no quiero?

Decir que no a una relación abierta no te convierte en anticuade, insegure ni menos queer. Muchas personas LGTBIQ+ optan por la monogamia porque así lo sienten, no por presión cultural.

Si tras reflexionar, hablar y analizar tus emociones llegas a la conclusión de que no deseas abrir tu relación, eso también es una decisión válida. En este punto, es importante que ambas personas sean honestas sobre sus límites.

El amor no siempre puede con todo. A veces, querer a alguien no basta si los proyectos de vida son radicalmente distintos. Y sí, eso puede doler. Pero también puede ser la puerta a nuevas formas de amor propio y relaciones más alineadas con quienes somos.

Una mirada crítica: ¿es realmente más libre lo no monógamo?

En los últimos años, ha ganado fuerza la idea de que las relaciones abiertas son “más libres”, “más conscientes”, incluso “más evolucionadas”. Sin embargo, también hay voces críticas. Algunas personas sienten que el discurso de la no monogamia ha generado nuevas presiones dentro del colectivo LGTBIQ+. Que ahora, en lugar de imponer la monogamia, se impone (o idealiza) su opuesto.

Además, hay quienes señalan que, en algunos casos, las relaciones abiertas pueden disfrazar desequilibrios de poder, evitar conversaciones incómodas o generar dinámicas poco saludables bajo la apariencia de libertad. Por eso, cada modelo relacional debe construirse con ética, cuidado y sin olvidar que lo importante no es si es cerrado o abierto, sino si es justo, respetuoso y consensuado.

Claves para decidir si abrir la relación o no

Si estás en este dilema, aquí van algunas preguntas que podrían ayudarte a tomar una decisión:

  • ¿Cómo me hace sentir la idea de que mi pareja esté con otres?

  • ¿Deseo explorar vínculos más allá de esta relación?

  • ¿Qué necesito para sentirme segurx y respetadx?

  • ¿Podemos comunicarnos abierta y empáticamente?

  • ¿Qué acuerdos serían imprescindibles para mí?

Responderlas no te dará todas las respuestas, pero sí puede servir como brújula emocional. Recuerda: lo importante no es adaptarte al deseo del otre, sino construir un camino que tenga sentido para ambxs (o todxs, si hay más personas involucradas).

Tu relación, tus reglas

Las relaciones no son recetas universales. Lo que funciona para une puede no servir para otre. La clave está en el consentimiento, el cuidado mutuo y la honestidad brutal (y amorosa). Aceptar una relación abierta sin desearla puede doler tanto como rechazarla sin haberla explorado. Sea cual sea tu decisión, que venga de ti. Y que no pierdas de vista lo esencial: amar es también respetar los límites propios.

Publicidad
Publicidad

Top 5 Esta Semana

Post relacionados

Publicidad
Publicidad
Fabián G
Fabián G
Para mí, el espejo no refleja: libera. Soy diseñador autodidacta y maquillador de sueños, defensor de una moda que no pide permiso. Organizo mi armario por estados de ánimo. Mi referente eterno es Billy Porter, porque quien no brilla, no cambia el mundo. Dato curioso: He ganado tres concursos de looks improvisados… ¡usando solo material reciclado y toneladas de ingenio!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Novedades