La 40ª edición de los premios del cine español volverá a la capital catalana tras 26 años, con un programa que invita a la participación y al reconocimiento del talento audiovisual.
El próximo 28 de febrero de 2026, Barcelona volverá a ser escenario de una de las noches más esperadas para el cine español: la gala de los Premios Goya. La ceremonia número 40 tendrá lugar en el Auditorio del Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona, muy cerca del Mediterráneo.
La noticia fue anunciada en el Palau de la Generalitat por el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite, acompañado por el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, la consejera de Cultura, Sònia Hernández, y el vicepresidente de la institución, Rafael Portela.
Un regreso con carga simbólica
Han pasado 25 años desde que Barcelona acogió por primera vez los Goya, en el año 2000. Volver ahora, coincidiendo con el 40 aniversario de los premios, se presenta como un gesto lleno de significado. Méndez-Leite lo expresó así: “Cataluña ha sido y es imprescindible para entender la historia del cine español”.
Durante el acto se recordó la contribución fundamental de guionistas, productores, intérpretes, técnicos y escuelas de cine de Cataluña, con nombres que se han hecho un hueco en la memoria colectiva. También se destacó el reconocimiento al director Gonzalo Suárez, que recibirá el Goya de Honor por su trayectoria vinculada a la ciudad.

El cine catalán, en plena efervescencia
La celebración llega en un momento en el que la industria catalana vive un auge. No es casual que las tres películas preseleccionadas para representar a España en los Oscar tengan producción catalana: Romería (Carla Simón), Sirat (Oliver Laxe) y Sorda (Eva Libertad).
La consejera Hernández subrayó que para la Generalitat el audiovisual es un sector estratégico, mientras que Collboni recordó que el reto es atraer al público más joven y recuperar la magia de ver cine en salas.
Mucho más que una gala: una fiesta ciudadana
La Academia y las instituciones implicadas han adelantado que no se tratará solo de una gala cerrada. La ciudad se transformará en un gran escenario cinematográfico con actividades abiertas a la ciudadanía:
- Una exposición urbana dedicada a intérpretes y creadores catalanes premiados.
- Un “paseo de la fama” con imágenes en gran formato de ganadores y ganadoras de todas las ediciones.
- Proyecciones de películas nominadas acompañadas de encuentros con sus equipos.
- Programas educativos y sociales dirigidos a jóvenes y colectivos en situación de vulnerabilidad.
- Instalaciones urbanas con reproducciones gigantes de los Goya y photocalls abiertos al público.
Todo ello con la intención de que el cine se viva en las calles y no solo en la alfombra roja.
Una reflexión abierta
¿Puede un evento como los Goya contribuir realmente a que el público vuelva a las salas? ¿O su mayor valor está en visibilizar el talento y la diversidad de quienes hacen cine? La respuesta no es única, pero lo cierto es que esta edición quiere abrir una conversación que trascienda los premios.
El 28 de febrero de 2026, Barcelona no solo volverá a ser la capital del cine español por una noche: será también el punto de encuentro entre la memoria y el futuro del audiovisual.