El tercer sábado de cada mes de octubre no es una fecha cualquiera; es el Día por la Despatologización de las Personas Trans, una jornada que nos recuerda la lucha incansable por el reconocimiento, el respeto y la autonomía de un colectivo que ha sido históricamente estigmatizado y oprimido. Desde nuestra revista digital LGTBIQ+, alzamos la voz para exigir, una vez más, que la identidad trans deje de ser considerada una enfermedad. Porque, ¿acaso la diversidad humana es una patología? La respuesta es un rotundo no.
La Historia de una Lucha Necesaria
Durante demasiado tiempo, las identidades trans han sido encasilladas en diagnósticos psiquiátricos, obligando a las personas a pasar por procesos médicos y psicológicos para «validar» su existencia. Esto no solo es un acto de violencia institucional, sino que también perpetúa la idea errónea de que ser trans es algo que necesita ser «curado» o «corregido».
La despatologización no es solo una cuestión de terminología médica; es un paso fundamental hacia la plena aceptación social y legal de las personas trans. Es reconocer que la identidad de género es una experiencia interna y personal, no un trastorno.
¿Por qué la despatologización es clave para la comunidad LGTBIQ+?
- Autonomía Corporal y Decisional: Permite a las personas trans tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y vidas sin la tutela de un sistema médico que las considera enfermas.
- Reducción del Estigma: Al eliminar el diagnóstico, se combate el estigma social y la discriminación que enfrentan las personas trans en todos los ámbitos de sus vidas.
- Acceso a Derechos: Facilita el acceso a derechos fundamentales, como el cambio registral de nombre y sexo, sin barreras médicas innecesarias.
- Salud Mental y Bienestar: Contribuye a mejorar la salud mental y el bienestar de las personas trans, al validar su identidad y reducir la presión de encajar en normativas impuestas.
Un Futuro sin Etiquetas: Construyendo una Sociedad Inclusiva
La despatologización es un acto de justicia y humanidad. Es un llamado a la sociedad para que abandone prejuicios y estereotipos, y abrace la riqueza de la diversidad de género. No se trata de negar la necesidad de acompañamiento médico o psicológico para quienes lo deseen o necesiten en su proceso de transición, sino de asegurar que este acompañamiento se base en el respeto a la autonomía y la identidad de cada persona, y no en un modelo de enfermedad.
¿Estamos realmente dispuestes como sociedad a escuchar y aprender de las experiencias trans? ¿O seguiremos aferrándonos a paradigmas que solo generan dolor y exclusión? La respuesta a estas preguntas definirá el tipo de sociedad que estamos construyendo. Una sociedad que celebra la diversidad es una sociedad más fuerte, más justa y más libre para todes.
El camino hacia la despatologización total aún tiene desafíos, pero cada 21 de octubre, renovamos nuestro compromiso con esta causa. Es un día para recordar que la existencia trans es válida, legítima y digna de ser celebrada.