Porque entender quiénes somos (y quiénes son les demás) es un acto de respeto
Hablar de identidades de género y sexualidad no es solo una cuestión de etiquetas. Es hablar de vidas. De experiencias únicas. De caminos que no siempre encajan en lo que nos enseñaron como “normal”. Por eso, este artículo no pretende darte una definición cerrada de cada identidad, sino más bien abrirte la puerta a un universo en expansión.
Vivimos en un mundo que, durante siglos, ha intentado dividirlo todo en dos: hombre o mujer, gay o hetero, masculino o femenino. Pero la realidad es mucho más rica, fluida y compleja. Así que si alguna vez te has preguntado qué significan todas esas siglas, colores o términos que ves en redes o en pancartas del Orgullo, quédate, que vamos a explorarlo juntes.
¿Por qué es importante hablar de identidades?
Porque la representación importa. Nombrar las cosas da poder. Cuando alguien descubre que hay una palabra que define lo que siente, muchas veces encuentra alivio. Se da cuenta de que no está sole, de que hay otrxs como elle. Y también, porque entender estas identidades nos permite crear espacios más seguros y respetuosos.
Y sí, puede parecer confuso al principio. Pero no pasa nada por no saberlo todo. La clave está en escuchar con curiosidad, no con juicio.
Identidades sexuales y de género: ¿en qué se diferencian?
Antes de meternos en la lista, conviene aclarar algo:
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Identidad de género: es cómo una persona se percibe a sí misma en cuanto a género (hombre, mujer, ambos, ninguno, algo más…).
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Orientación sexual: es hacia quién sentimos atracción sexual, romántica o emocional.
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Expresión de género: es cómo mostramos nuestro género al mundo (a través de la ropa, la forma de hablar, los gestos…).
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Sexo asignado al nacer: es la clasificación médica con la que nacemos (masculino, femenino o intersexual), basada en genitales y cromosomas.
Y ahora sí, vamos con la diversidad.
Identidades de género y orientaciones sexuales: una guía no tan rápida
Trans
Una persona trans es aquella cuya identidad de género no coincide con el sexo que le fue asignado al nacer. Puede ser hombre, mujer, no binarie, etc. No todas las personas trans hacen una transición médica, ni tienen que hacerlo.
No binaria
Identidad de género que no se ajusta al binarismo hombre-mujer. Pueden sentirse en un punto intermedio, fluctuante, o completamente fuera de esa lógica.
Agénero
Personas que no se identifican con ningún género. Suelen sentirse neutres o sin conexión con la idea de género en general.
Género fluido
Identidades que cambian con el tiempo. Una persona puede sentirse más masculina un día y más femenina otro, o variar de forma espontánea.
Bigénero
Se identifican con dos géneros simultáneamente o en distintos momentos. Por ejemplo, mujer y no binarie.
Intergénero
Identidad relacionada con personas que se sitúan entre o más allá de los géneros tradicionales, a veces con conexión biológica o intersexualidad, pero no siempre.
Neutrois
Identidad no binaria que se define como neutral o sin género, con una fuerte sensación de no encajar en hombre/mujer.
Androginia
Expresión o identidad que combina rasgos tradicionalmente considerados “masculinos” y “femeninos”. Algunas personas se identifican como andróginas en cuanto a género, otras solo como estética.
Genderqueer
Término paraguas para identidades de género que desafían la norma. No conformistas, disruptivas, fluidas. Puede usarse como sinónimo de no binarie, pero no siempre.
Two-Spirit
Identidad propia de algunos pueblos indígenas de América del Norte. Designa a personas que encarnan cualidades tanto masculinas como femeninas, y que tradicionalmente tenían un rol espiritual y cultural específico.
Orientaciones sexuales, afectivas y relacionales
Gay
Hombre que siente atracción hacia otros hombres. A veces también se usa de forma general para personas homosexuales, aunque muchas mujeres prefieren el término “lésbica”.
Lésbica
Mujer que se siente atraída por otras mujeres. También hay mujeres no binarias que se identifican como lesbianas.
Bisexual
Personas que sienten atracción hacia más de un género (no necesariamente en igual medida). No es una “fase”, ni confusión.
Pansexual
Atracción hacia personas independientemente de su género. A veces se confunde con bisexualidad, pero no es lo mismo. La clave está en la forma en que se experimenta esa atracción.
Asexual
Personas que no sienten atracción sexual, o la sienten muy poco. No significa que no puedan tener pareja, relaciones o deseo afectivo.
Demisexual
Personas que solo sienten atracción sexual cuando hay un vínculo emocional fuerte. Están dentro del espectro asexual.
Arromántica
Personas que no sienten atracción romántica o la sienten de forma diferente a la norma. También existe el espectro gris-arromántico.
Skoliosexual
Atracción hacia personas no binarias o fuera del binarismo de género. Es una orientación poco conocida pero real.
Otras formas de vivir la diversidad
Intersexual
Personas que nacen con características sexuales (genitales, cromosomas, hormonas) que no encajan del todo en la clasificación binaria. Ser intersexual no implica una identidad de género concreta.
Poliamor
Modelo relacional que implica tener múltiples vínculos amorosos (no solo sexuales), con el consentimiento de todas las partes. No es lo mismo que relaciones abiertas o infidelidad.
Leather
Subcultura dentro del colectivo LGTBIQ+ ligada al BDSM, el cuero y las prácticas sexuales alternativas. Tiene su propia bandera y códigos.
Bear (oso)
Hombres gais corpulentos, con vello y estética más “masculina” tradicional. Es una identidad cultural dentro del colectivo gay, con un fuerte sentido de comunidad.
Drag Pride
Hace referencia al orgullo de las personas que exploran y expresan identidades a través del drag, como arte y performance. No es una identidad de género, pero sí una forma política de desafiar las normas.
Progres Pride
No es una identidad, sino una evolución de la bandera del Orgullo, que incluye colores trans, racializados y del colectivo intersexual, para una representación más amplia e inclusiva.
¿Tantas etiquetas ayudan o confunden?
Esta es una pregunta que sale mucho. Algunas personas sienten que hay “demasiadas etiquetas” y que eso puede confundir más que ayudar. Pero otras defienden que poner nombre a las cosas permite existir con más seguridad. ¿Quién decide cuántas etiquetas son “demasiadas”? ¿Por qué nos molesta la diversidad cuando no nos afecta directamente?
Lo importante es entender que nadie está obligado a etiquetarse. Puedes usar una, varias o ninguna. Y está bien. Lo que no deberíamos hacer es invalidar las palabras que otras personas han encontrado útiles para definirse.
¿Y si no encajo en nada?
Pues… ¡no pasa nada! Mucha gente se pasa años preguntándose “qué soy” y no llega a una respuesta cerrada. Eso no te hace menos válida. Las etiquetas están para ayudarnos, no para limitarnos. Si alguna te sirve, perfecto. Y si no, también.
Lo importante es que puedas vivir tu identidad con libertad, sin miedo y con respeto.
Algunas claves para entender y respetar la diversidad
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No asumas nada por la apariencia de alguien.
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Pregunta con respeto si tienes confianza, pero no interrogues.
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Usa el lenguaje que esa persona elige para sí misma.
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No corrijas a alguien que habla de su experiencia solo porque no coincide con lo que tú sabes.
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Y recuerda: nadie te debe una explicación completa de su identidad.
¿Por qué esto importa tanto?
Porque reconocer la diversidad salva vidas. Porque aún hay personas que viven con miedo, que se sienten solas, que no encuentran referentes. Porque la ignorancia genera prejuicios, y los prejuicios generan violencia.
Y porque, al final del día, nombrarnos, entendernos y respetarnos es también una forma de amarnos. A nosotres mismes y a les demás.