sábado, julio 5, 2025

Solicitud de asilo para personas LGTBIQ+ en España: un refugio con matices

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España es, desde hace años, uno de los destinos más señalados en Europa para personas LGTBIQ+ que buscan un lugar seguro lejos de la persecución. Sin embargo, el camino para obtener asilo no siempre es tan sencillo como podría parecer.

¿Qué implica pedir asilo siendo parte del colectivo LGTBIQ+?

Cuando una persona del colectivo LGTBIQ+ llega a España huyendo de su país de origen por miedo a ser perseguida, violentada o criminalizada por ser quien es, tiene derecho a solicitar protección internacional. Este derecho está reconocido tanto en la legislación española como en tratados internacionales de derechos humanos.

En términos prácticos, se trata de demostrar que existe un riesgo real de persecución por razones como orientación sexual, identidad o expresión de género. No se trata de una preferencia o de una moda: hablamos de supervivencia.

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Primeros pasos: el proceso de solicitud

La solicitud de asilo puede presentarse en una comisaría de policía, en un centro de internamiento o incluso en frontera. También existe la posibilidad de hacerlo una vez ya se está dentro del país, aunque es recomendable no demorar demasiado. Una vez presentada, la persona solicitante entra en una fase de entrevista donde deberá relatar su historia personal, incluyendo detalles que, en muchos casos, resultan dolorosos o traumáticos.

Aquí es donde empieza uno de los mayores retos: ¿Cómo se demuestra algo tan íntimo como la orientación sexual? ¿Cómo se prueba que una persona no está segura en su país simplemente por amar o vivir diferente?

Obstáculos habituales en el proceso

Uno de los principales problemas es la falta de sensibilidad o formación específica del personal encargado de hacer las entrevistas. Muchas veces, les solicitantes se enfrentan a preguntas estigmatizantes, prejuiciosas o directamente ofensivas. Otras veces, deben lidiar con intérpretes que no conocen las palabras adecuadas en temas de diversidad sexual o de género.

Además, hay una gran carga de prueba sobre la persona que solicita el asilo. A menudo se espera que hayan vivido abiertamente su orientación en su país de origen, lo cual es irónico, ya que en muchos de estos contextos salir del armario significa literalmente jugarse la vida.

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España: ¿un país seguro para todos?

España ha avanzado notablemente en derechos LGTBIQ+ en los últimos años. El matrimonio igualitario, las leyes de identidad de género y, más recientemente, la Ley Trans, posicionan al país como una referencia en Europa. Pero entre la teoría y la práctica aún hay espacio para mejorar.

Varias organizaciones no gubernamentales han denunciado situaciones de homofobia institucional o trato desigual dentro del sistema de asilo. A pesar de los avances legislativos, la realidad es que muchas personas del colectivo se sienten invisibilizadas durante el proceso o, en el peor de los casos, ven denegada su solicitud.

El papel de las organizaciones sociales

Por suerte, existen redes de apoyo que trabajan cada día para hacer este camino más justo. Organizaciones como CEAR, ACNUR o la Red Acoge brindan asistencia legal, psicológica y social a personas solicitantes de asilo LGTBIQ+.

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Estas entidades ayudan no solo a entender los pasos legales, sino también a sanar heridas emocionales y construir una nueva vida en un entorno más libre. Sin su labor, muchas historias quedarían en el olvido o no llegarían a buen puerto.

¿Qué podríamos mejorar?

Aunque el sistema tiene buenas intenciones, sigue habiendo puntos oscuros. Urge mejorar la formación de profesionales implicados en el proceso. También sería necesario revisar los criterios de evaluación de las solicitudes, para que no se midan con varas heteronormativas o estereotipos.

Otro aspecto clave es la agilización de los procesos. Las demoras pueden durar años, dejando a las personas en una situación de limbo legal y emocional. Y mientras esperan, muchas veces lo hacen en entornos que tampoco garantizan su seguridad ni bienestar.

Un paréntesis para pensar

No está de más hacerse esta pregunta: ¿de verdad es justo obligar a una persona a revivir sus traumas más profundos para que el sistema «le crea»? Si el objetivo es proteger a quienes huyen del odio, tal vez deberíamos repensar el enfoque y buscar maneras más humanas y empáticas de verificar las historias.

A modo de reflexión

España ha sido, y sigue siendo, un faro para muchas personas LGTBIQ+ que huyen de la persecución. Sin embargo, no podemos dar por sentado que este faro alumbra igual para todes. Quedan desafíos importantes que solo se resolverán con voluntad política, conciencia social y empatía institucional.

Porque acoger no es solo abrir fronteras, también es escuchar, creer y acompañar.

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Sofía L.G.
Sofía L.G.
No pido permiso: ocupo espacios. Soy hija de migrantes, bisexual y agitadora de conciencias. Lucho para que ninguna voz quede atrás. Mi referente de vida es Sylvia Rivera, y cada 28 de junio le rindo homenaje con una performance callejera. Dato curioso: Tengo una camiseta de Marsha P. Johnson que ya forma parte de mi ADN

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