¿Quién dijo que en Chueca solo se sale de fiesta? Si te quedas con esa idea, te estás perdiendo uno de los mayores placeres del barrio: tapas sin miedo y con mucha pluma. Aquí no hablamos solo de comida, hablamos de ambiente, de actitud, de mesas compartidas con desconocides que acaban siendo amigues… o más. Así que si estás con antojo de croquetas, cañas o algo más experimental, esta ruta con 10 bares y tabernas para tomar tapas por el barrio más diverso de Madrid te va a abrir el apetito.
1. Baco y Beto – Croquetas con pasión latinoamericana
📍Calle Pelayo, 24
Este local mezcla la tradición española con toques de cocina peruana y venezolana, y lo hace de maravilla. Las croquetas de ají de gallina o los tequeños con guayaba son adictivos. Un sitio donde el sabor y la diversidad se dan la mano con naturalidad.
2. La Huerta de Tudela – Tapas veggies con alma navarra
📍Calle Pelayo, 15
Perfecto para quienes buscan opciones vegetarianas (o simplemente más ligeras). Las verduras de temporada llegan directas de Tudela y se convierten en tapas delicadas y sabrosas. Ideal si quieres salir de las bravas sin renunciar al tapeo.
3. Taberna Ángel Sierra – Vermut, banderillas y mucha historia
📍Plaza de Chueca, 1
Uno de los bares más antiguos del barrio y, sin duda, de los más auténticos. Con su vermut de grifo, su barra de mármol y sus banderillas clásicas, es un homenaje vivo al tapeo castizo.
4. El Tigre Sidra Bar – Ruidoso, caótico… y absolutamente imprescindible
📍Calle de las Infantas, 30
Lo amas o lo odias, pero es casi obligatorio pasar por aquí. Pides una sidra o una caña, y te traen un plato enorme con tortilla, embutido y pan. Nada refinado, pero con mucho espíritu. Aquí el exceso es norma.
5. La Caña de Chueca – Terraza tranquila, tapeo clásico
📍Calle de San Bartolomé, 23
A veces solo necesitas unas bravas bien hechas, ensaladilla rusa y un tinto de verano. Este bar sin pretensiones ofrece eso mismo, con buen rollo y sin colas eternas.
6. Casa Salvador – Sabor tradicional desde 1941
📍Calle de Barbieri, 12
Aquí no encontrarás platos tiny ni florituras. Pero si te apetece una buena tapa de callos, unas croquetas de jamón que saben a infancia y un trato de los de antes, este lugar te va a conquistar.
7. El Respiro – Precios justos y tapas generosas
📍Calle de las Infantas, 34
Uno de esos bares donde sientes que no te están timando. Pides algo de beber y siempre cae una tapita gratis. La carta es sencilla pero muy cumplidora: montaditos, cazuelitas y ambiente informal.
8. La Glorieta – Tapeo moderno en ambiente diverso
📍Calle de San Bartolomé, 2
Con estética actual y carta breve pero cuidada, este sitio ha sabido posicionarse como uno de los rincones favoritos de les vecines. Pide los huevos rotos con jamón o los tacos de cochinita pibil si quieres algo con punch.
9. El Colmao Gastroclub – Fusión castiza con guiños canallas
📍Calle Libertad, 8
Un local que mezcla lo mejor de la taberna clásica con platos algo más atrevidos. Tienen tapas con sabor a sur, a campo y a cocina de madre con título universitario. El ambiente es tranquilo y acogedor.
10. El Aperitivero – Vermut, gildas y mucha pluma
📍Calle San Marcos, 20
Un lugar pequeño pero matón. La especialidad son los aperitivos: vermut casero, gildas de autor, patatas chips aliñadas y alguna que otra sorpresa en conserva. Perfecto para una parada entre cañas y mucho marujeo.
Consejos de experte para tapear en Chueca sin dramas
- Evita las horas punta si no te gusta el barullo. Entre semana a media tarde, gloria bendita.
- Comparte tapas: más variedad, más conversación, más flow.
- Pregunta por opciones sin gluten o vegetarianas, muchos bares están ya adaptándose.
- No te cortes en ir solx: en Chueca, nadie come solx si no quiere.
- Y sobre todo, no olvides disfrutar del ambiente: no hay otro igual.
Tapeo con glitter y sin vergüenza
El tapeo en Chueca no va solo de comer: va de celebrar, de encontrarse, de compartir mesa y risas con quien sea, como sea y desde donde sea. Es una experiencia para el paladar, pero también para el corazón. Así que ya sabes: prepara el estómago y deja los prejuicios en casa. Aquí se viene a vivir con orgullo. Y si es con croquetas, mejor.