miércoles, julio 16, 2025

Relación abierta: 5 claves para entender este modelo relacional (y hacerlo funcionar)

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¿Qué es una relación abierta?

Hablar de relaciones abiertas no es hablar de libertinaje, ni de promesas rotas. Es hablar de acuerdos. De comunicación honesta. De personas que deciden, conscientemente, abrir los límites de la monogamia tradicional para explorar nuevas formas de amar y vincularse.

Una relación abierta es, en esencia, un pacto entre dos (o más) personas que se comprometen emocionalmente entre elles, pero permiten vínculos románticos, sexuales o afectivos con otras personas fuera de esa unión. Y aunque pueda parecer un terreno fértil para los celos o la confusión, también puede serlo para la libertad, el respeto mutuo y la madurez emocional.

Pero, ¿Qué se necesita realmente para que una relación abierta funcione?

1. Comunicación radical (y constante)

Parece obvio, pero no siempre lo es: hablar lo cambia todo.

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En una relación abierta, callar puede ser mucho más peligroso que en una relación monógama. Aquí no se trata solo de “estar bien”, sino de expresar necesidades, inseguridades y deseos sin miedo al juicio. ¿Qué tipo de relaciones externas están permitidas? ¿Con qué frecuencia? ¿Se puede repetir con la misma persona?

Este tipo de acuerdos no son inamovibles. Hay que revisarlos, actualizarlos, cuestionarlos. A veces, lo que parecía una buena idea al principio deja de serlo. Y eso está bien, siempre que se hable.

2. Celos: ni ignorarlos ni dejar que te controlen

No desaparecen por arte de magia. Los celos existen también en las relaciones abiertas, pero se gestionan de otra forma. La clave está en entenderlos, no en evitarlos a toda costa.

Es importante preguntarse: ¿de dónde vienen mis celos? ¿Inseguridad? ¿Miedo al abandono? ¿Comparación? Una vez que se detecta la raíz, es más fácil tratarlo de forma constructiva.

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Las relaciones abiertas no son para personas sin celos, sino para quienes están dispuestes a enfrentarlos con honestidad y trabajar desde el afecto.

3. Acuerdos claros: cada relación tiene sus reglas

No existe un único “manual” para tener una relación abierta. Cada vínculo es único, y las normas deben adaptarse a las necesidades de les involucrades.

Algunas preguntas útiles para construir esos acuerdos:

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  • ¿Hay personas con las que no se puede estar (exparejas, amigues cercanes, compañeres de trabajo)?
  • ¿Se informa cada vez que ocurre algo con otra persona o solo si es relevante?
  • ¿El sexo se permite, pero las emociones no? ¿O se permiten ambos?

No se trata de poner barreras arbitrarias, sino de crear un marco en el que todes se sientan segures y respetades.

4. Tiempo, energía y prioridades

Una relación abierta no significa que el amor se divida, sino que se multiplica. Pero también requiere tiempo y energía. ¿Se puede realmente atender varias relaciones sin descuidar la principal (o las principales)?

Aquí entra en juego la gestión emocional, pero también la logística. Hay que saber priorizar, organizar horarios, y entender que en algunos momentos hará falta frenar y reajustar.

Porque el poliamor (o la apertura relacional) no se trata de tener más, sino de amar mejor.

5. Autoconocimiento: clave para no perderse en el camino

Quizá esta sea la parte más difícil. Una relación abierta puede funcionar muy bien… si sabes quién eres y qué estás buscando. Pero si lo haces solo por complacer a la otra persona, o por miedo a perderla, probablemente acabes haciéndote daño.

Antes de abrir una relación, conviene preguntarse: ¿por qué quiero hacerlo? ¿Lo deseo de verdad o estoy cediendo? ¿Cómo me sentiría si mi pareja se vincula con otra persona?

A veces, estas respuestas no están claras desde el principio. Y no pasa nada. El crecimiento también está en el proceso.

Perspectiva crítica: ¿funciona para todes?

Aunque las relaciones abiertas ofrecen nuevas formas de construir vínculos más libres y adaptados a las realidades actuales, también pueden convertirse en un campo minado emocional si no se gestionan con cuidado. Existen dinámicas de poder, desigualdades afectivas e incluso presiones sociales (especialmente dentro de ciertos círculos LGTBIQ+) que pueden empujar a alguien a aceptar un modelo relacional que no desea genuinamente. No todo el mundo está preparade para lidiar con la incertidumbre o con la exposición emocional que conlleva este tipo de relación. Y no tiene por qué estarlo.

No hay una única manera de amar

Lo importante, al final, no es si tienes una relación abierta, cerrada, poliamorosa o monógama. Lo importante es que esté basada en el respeto, el consentimiento y la honestidad. Que puedas ser tú misme dentro de esa relación, sin perder tu voz ni tu autonomía.

Quizá una relación abierta no sea para todes. Y está bien. Lo esencial es que sea una elección consciente, no una imposición.

Y tú, ¿has pensado alguna vez en abrir tu relación? ¿Qué necesitarías para sentirte cómode en esa decisión?

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Lucía B.T
Lucía B.T
La cultura me salvó de muchas formas. Soy curadora de historias queer y poetisa de madrugadas. Creo que el arte puede sanar, confrontar y liberar. Mi referente es Chavela Vargas, que enseñó a amar sin pedir disculpas.

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