sábado, junio 14, 2025

Primer ensayo de Melody en Eurovisión 2025: de diva a icono escénico

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La artista sevillana deslumbra en su primer ensayo con una puesta en escena renovada, sofisticada y cargada de emoción. Una candidatura que evoluciona más allá del espectáculo.

Melody ya ha pisado el escenario de Eurovisión 2025, y lo ha hecho con la fuerza escénica de quien domina su arte desde hace más de dos décadas. Con su primer ensayo en el St. Jakobshalle de Basilea, la representante española ha revelado una versión transformada de su propuesta para ESA DIVA, en lo técnico y en lo estético.

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La actuación que vimos en el Benidorm Fest es ya solo un recuerdo. El equipo creativo ha llevado el concepto inicial a un nuevo nivel, con una narrativa dividida en tres actos que se suceden con energía, precisión y un evidente crecimiento emocional. ¿El resultado? Un espectáculo pulido, sofisticado y con un lenguaje visual muy claro, pero también lleno de alma.

Adiós al columpio, hola a la narrativa escénica

Quienes siguen de cerca Eurovisión en redes no han tardado en comentar los cambios. Como se lee en varios perfiles: “Esta canción transmite toda la vibra fiestera del verano, y el remix dance fue solo el comienzo del cambio total que ha sufrido esta actuación desde que Melody ganó el Benidorm Fest a principios de febrero. Melody bajando en un columpio al principio, el trono, el neón rosa… todo eso ha desaparecido.”

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Ahora, el enfoque es más narrativo, más teatral, más simbólico. Desde el primer plano —en el que vemos a Melody en sombra contra un fondo blanco, creando una silueta perfectamente definida—, la actuación guía al espectador por un viaje visual dividido en tres actos:

  • Acto I (violeta): Misterio y empoderamiento. Aquí se introduce el concepto con intensidad contenida.

  • Acto II (rojo): Explosión emocional, fuerza y movimiento.

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  • Acto III (blanco): Catarsis visual y sonora, con un fondo que se funde con una imponente montaña proyectada.

Cada sección tiene su propia estética: “Ahora la puesta en escena se siente mucho más pulida y sofisticada, y hay una narrativa clara que divide la canción en tres actos distintos, cada uno lleno de energía y emoción. Pero no es solo una cuestión de sensaciones: cada acto tiene sus propios colores y gráficos, del púrpura en el primero al rojo en el segundo, y al blanco puro al final, que se funde con el fondo de montañas en la parte trasera del escenario.”

Melody está acompañada por cinco bailarines —tres hombres y dos mujeres—, con coreografías distintas en cada bloque: “Cada acto también cuenta con una combinación diferente de bailarines, y las coreografías cambian en cada acto. La estructura de la actuación es realmente inteligente, y a pesar de su complejidad, ella domina el escenario de principio a fin.”

Técnica sin perder el alma

Este primer ensayo, más técnico que espectacular, sirvió para que Melody y su equipo ajustaran todos los engranajes. Desde las 10:30 de la mañana ya ensayaban en el hotel, y por la noche se enfrentaron a los focos reales.

En escena, su presencia magnética guía cada plano, cada movimiento. Aun en plena prueba técnica, supo llenar el escenario con expresividad y control. El trabajo del director Mario Ruiz y la supervisión de Mercè Llorens desde RTVE son palpables en cada detalle.

La actuación combina dirección artística, danza y una realización milimétrica (18 cámaras, 87 planos), que probablemente seguirá ajustándose. Pero incluso ahora, la sensación general es la de un número robusto, que crece con cada segundo.

Vestuario que impone sin gritar

No podemos ignorar uno de los grandes aciertos: el vestuario. Varios comentarios ya lo han destacado: “Tenemos que hablar del vestuario de Melody, porque es absolutamente fabuloso. Un corsé negro con detalles puntiagudos en los hombros y las caderas —nos recuerda a una orquídea negra— combinado con un sombrero negro tipo fedora y botas altas.”

Esa imagen inicial, en sombra contra fondo blanco, subraya la estética sofisticada de toda la actuación: “La silueta de todo, desde sus uñas hasta su peinado, es una auténtica obra de arte.”

Además del traje negro, Melody también luce el ya célebre body de pedrería con más de 15.000 cristales, evolucionado desde el Benidorm Fest hacia una versión aún más lujosa y rotunda. Completando la conexión con sus raíces, uno de los trajes reinterpreta la bata de cola andaluza en un vestido negro con volantes estructurados que evocan las espinas de un rosal. Todo cuidadosamente calculado, hasta el micrófono, decorado con pedrería.

Un cierre que deja sin palabras

Uno de los momentos más comentados del ensayo ha sido el cierre de la actuación. El último tramo incluye una secuencia de baile que ha generado auténtico revuelo: “El baile en los últimos diez segundos es un auténtico momentazo —no te lo vamos a contar, porque no podríamos hacerle justicia. Pero espera y verás.”

La combinación de dirección coreográfica (a cargo de Mónica Peña y Álex Bullón), narrativa visual y fuerza interpretativa da lugar a un cierre apoteósico. Lo que comenzó como una simple actuación, se transforma en una experiencia escénica completa.

Lo que viene: segundo ensayo y más revelaciones

El próximo ensayo está previsto para el sábado 10 de mayo a las 15:10h. Entonces, la organización revelará imágenes oficiales y se permitirá la grabación parcial desde el estadio. Será el momento de comprobar cuánto más puede crecer esta propuesta que ya se perfila como una de las más trabajadas de esta edición.

La expectación es alta. Y Melody, más que preparada. ¿Estamos a punto de vivir un momento histórico para España en Eurovisión?

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Julian L.
Julian L.https://revistarainbow.com
Soy periodista porque creo que las noticias deben abrazar a quien nunca tuvo voz. Vivo entre titulares, manifestaciones y cafés compartidos. Me inspiro en Pedro Lemebel, y sueño con haberle entrevistado en otra vida. Mi pluma intenta contar el mundo como podría ser, no solo como es. Dato curioso: Mi récord personal son 12 cafés en un solo día cubriendo el Orgullo… y aquí sigo, vivito y coleando.

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