Puede que te suene a ciencia ficción, o a un hobby para amantes del apocalipsis. Pero lo cierto es que el preparacionismo está cada vez más presente en nuestras conversaciones. Desde catástrofes naturales hasta apagones masivos o crisis sociales, tener un kit de emergencia puede marcar la diferencia.
¿Y si además formas parte del colectivo LGTBIQ+? Entonces, preparar un kit de 72 horas no es solo una medida práctica… puede ser una herramienta de supervivencia con perspectiva queer.
¿Qué es el preparacionismo?
El preparacionismo, también conocido como “prepping”, es la práctica de anticiparse a situaciones de emergencia (cortes de luz, terremotos, evacuaciones, crisis sanitarias, etc.) mediante la planificación, el almacenamiento de recursos y el desarrollo de habilidades básicas.
En pocas palabras: estar preparade para aguantar sin ayuda externa al menos 72 horas.
Y no, no es paranoia. Es cuidado.
¿Por qué es especialmente importante para las personas LGTBIQ+?
La respuesta corta: porque la vulnerabilidad estructural no desaparece en una emergencia. Se intensifica.
En contextos de crisis, las personas queer pueden enfrentarse a obstáculos adicionales que el resto de la población no experimenta:
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Centros de evacuación que no respetan la identidad de género.
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Exclusión de redes familiares tradicionales.
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Dificultades para acceder a atención médica específica o medicación hormonal.
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Discriminación en espacios públicos compartidos.
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Violencias invisibles que se agudizan en contextos de caos o desinformación.
Por eso, pensar en el preparacionismo desde una perspectiva queer no solo tiene sentido: es urgente.
¿Qué debe incluir un kit de 72h con enfoque LGTBIQ+?
Aunque muchos elementos son comunes a cualquier kit de emergencia, hay otros que conviene adaptar a nuestras necesidades reales. Aquí te dejamos una guía básica dividida por categorías:
1. Elementos esenciales
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Agua potable (mínimo 1,5 litros por día).
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Comida no perecedera (barritas energéticas, latas, frutos secos).
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Linterna con pilas extra o cargador solar.
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Botiquín básico (gasas, vendas, analgésicos, desinfectante).
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Copias de documentación personal (DNI, tarjeta sanitaria, info médica).
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Dinero en efectivo.
2. Elementos específicos para personas LGTBIQ+
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Medicación hormonal (si estás en tratamiento): al menos 3 días de dosis y un plan de conservación.
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Preservativos, lubricantes o anticonceptivos si forman parte de tu autocuidado o necesidades médicas.
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Ropa con la que te sientas segurx: piensa en posibles evacuaciones donde puede que tengas que dormir o compartir espacios.
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Artículos de higiene adaptados: compresas, toallitas, esponjas menstruales, si los necesitas.
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Documentos de identidad con nombre y género afirmado, si tienes ambos (oficial y social), para reducir el riesgo de discriminación.
3. Extras emocionales o personales
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Una carta escrita por ti para ti (sí, aunque suene cursi).
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Un objeto pequeño que te conecte con tu identidad o comunidad: un pin, una foto, un poema.
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Lista de contactos seguros (amigues, terapeutas, grupos de apoyo).
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Una bandera, si lo crees necesario. Porque sí, hay momentos en los que recordar quién eres también es una forma de resistir.
Más allá del kit: prepárate mental y socialmente
Un kit sirve de poco si no sabes cómo usarlo o si no tienes red. Aquí van algunas prácticas complementarias:
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Revisa el plan de emergencia de tu ciudad o barrio.
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Conoce puntos de encuentro y rutas de evacuación.
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Habla con tu familia elegida o grupo cercano sobre qué haríais si algo sucede.
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Ten un punto de encuentro acordado en caso de apagón o pérdida de señal.
Prepararse también es cuidar a les demás. Nadie se salva sole.
¿Paranoia o realismo?
Hay quien cree que hablar de kits de supervivencia es exagerado. Que “esas cosas no pasan”. Pero si algo hemos aprendido en los últimos años es que la incertidumbre es real. Pandemias, guerras, colapsos energéticos, crisis climáticas…
Y si bien no podemos controlar lo que pasa afuera, sí podemos decidir cómo cuidarnos dentro.
El preparacionismo queer no es pesimismo. Es afirmación radical: quiero seguir existiendo, incluso cuando el mundo se tambalee.
⚠️ ¿Y si esto refuerza el individualismo?
Buena pregunta. A veces el discurso del preparacionismo puede caer en una trampa neoliberal: “sálvate tú, y suerte a les demás”. Pero desde una mirada colectiva y queer, el objetivo no es solo sobrevivir individualmente, sino sostenernos juntes.
Por eso, no hablamos solo de mochilas personales, sino de crear redes de apoyo vecinales, compartir recursos, enseñar a otres y construir comunidad desde la prevención.
El cuidado mutuo también se prepara.
¿Te animas a crear tu propio kit?
Puede parecer raro al principio, incluso un poco incómodo. Pero piensa en esto: ¿qué necesitarías si mañana tuvieras que salir de casa sin saber cuándo vas a volver? ¿Qué objetos hablarían de ti? ¿Qué te haría sentir segurx?
Empezar a preparar tu kit de supervivencia no tiene por qué ser en plan militar. Puedes hacerlo desde el autocuidado, la creatividad y el amor propio. Porque también eso es político.
