Antes de dormir, un gesto
¿Qué haces justo antes de irte a la cama? ¿Apagas las luces, revisas tu móvil, abrazas a alguien, te abrazas a ti misme?
En un mundo que muchas veces nos exige productividad hasta en el descanso, regalarte unos minutos de cuidado puede convertirse en un acto revolucionario. Porque esta mascarilla no es solo para hidratar tu piel. Es para escucharte. Para decirte “has llegado hasta aquí, bien hecho”. Para recordar que eres valide, deseable y suficiente incluso con la cara embadurnada y el pelo revuelto.
Hoy te invitamos a crear tu propia mascarilla nutritiva nocturna. Ideal para pieles secas, apagadas o simplemente para aquellas que han tenido un mal día.
¿Por qué de noche?
Porque es cuando el cuerpo entra en modo reparación. Mientras dormimos, la piel se regenera con más intensidad, la temperatura corporal cambia y los activos cosméticos se absorben mejor. Pero también, porque de noche no hay prisa, ni miradas externas, ni filtros. Solo tú, tu piel y lo que te quieras contar al espejo.
Ingredientes principales y por qué funcionan 🌿
- Aguacate maduro: Rico en ácidos grasos, vitaminas E, D y A. Hidrata profundamente y deja la piel suave y flexible.
- Copos de avena molidos: Calman, suavizan y equilibran. Son perfectos para pieles sensibles o con tendencia a irritarse.
- Aceite de jojoba o argán: Nutren sin obstruir poros. Aportan elasticidad y luminosidad.
- Miel o sirope de agave (opcional): Hidratantes y humectantes naturales. También tienen propiedades antibacterianas suaves.
- Aceite esencial de lavanda o manzanilla (opcional): Relajan cuerpo y mente. Pero si tu piel reacciona fácilmente, puedes omitirlos sin problema.
Receta casera de mascarilla nocturna
Cantidad aprox.: 1 uso
Duración: inmediata (no se conserva, se hace y se usa)
🍃 Ingredientes:
- 2 cucharadas de aguacate maduro (bien machacado)
- 1 cucharadita de avena fina (puedes triturarla)
- 1 cucharadita de aceite vegetal (jojoba, argán o similar)
- 1/2 cucharadita de miel o sirope de agave (opcional)
- 1 gota de aceite esencial suave (opcional)
🛠 Utensilios:
- Bol pequeño
- Cuchara
- Brocha facial (opcional)
- Toalla o cinta para el cabello
- Tiempo sin interrupciones
Paso a paso 🛏️
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Prepara tu espacio
- Advertisement -Cierra la puerta. Pon música suave si quieres. Recógete el pelo. Este momento es solo tuyo.
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Mezcla los ingredientes
En un bol, aplasta bien el aguacate hasta que quede sin grumos. Añade la avena, el aceite vegetal y la miel o agave si decides usarlo. Mezcla hasta conseguir una textura cremosa y fácil de extender.
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Aplica con amor
Con las manos limpias o una brocha, aplica la mascarilla sobre el rostro limpio y seco. Evita el contorno de ojos y labios. Si te sobra, úsala en el cuello o en las manos.
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Descansa y siente
Deja actuar entre 15 y 20 minutos. Aprovecha ese tiempo para respirar, meditar o simplemente estar. No hace falta hacer nada más.
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Retira con agua templada
Aclara con movimientos suaves. Si quieres, puedes ayudarte con una muselina o esponjita. Seca con una toalla limpia, a toques, sin frotar.
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Opcional: sella con unas gotas de aceite vegetal
Si tu piel lo pide, puedes terminar con unas gotitas de aceite para sellar toda esa hidratación y dejar que actúe durante la noche.
¿Para qué tipo de piel sirve?
Esta mascarilla está especialmente indicada para pieles secas, sensibles o desvitalizadas, pero también puede usarse en piel mixta si se adapta la cantidad de aceite. Si tu piel es grasa, quizá prefieras otras texturas más ligeras que trabajaremos en futuras entregas.
¿Se puede conservar?
No. Al tener ingredientes frescos (aguacate sobre todo), esta mascarilla debe usarse justo después de hacerla. La buena noticia es que puedes ajustar las cantidades para evitar desperdicio.
¿Se puede hacer con otras frutas?
¡Sí! Puedes probar con plátano maduro, calabaza cocida o incluso papaya. Cada una tiene propiedades distintas y puedes ir rotando según la estación, tus necesidades o lo que haya en tu cocina. A veces el mejor ingrediente es el que ya tienes.
El cuidado nocturno también es político
Cuando nos han dicho que nuestra piel “no entra en la norma”, que nuestra expresión “es excesiva”, que deberíamos “arreglarnos” para encajar… elegir cómo y cuándo cuidarte se convierte en una forma de resistencia.
Esta mascarilla no blanquea, no borra, no promete milagros. Pero sí acompaña. Y ese gesto —íntimo, libre y tuyo— tiene un poder transformador.
En la próxima entrega…
Una bruma facial refrescante con hidrolatos, pepino y aceites esenciales. Perfecta para llevar en el bolso, el metro o el bolso del Orgullo. Porque refrescarse también puede ser queer.