miércoles, julio 9, 2025

¿Dónde están las marcas aliadas del colectivo LGTBIQ+? ¿Qué pasó con el apoyo este 2025?

📝 Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de quien lo firma y no reflejan necesariamente la postura de Revista Rainbow. Asimismo, Revista Rainbow no se hace responsable del contenido de las imágenes o materiales gráficos aportados por les autores, colaboradores o colaboradoras.

Publicidad

Cada junio, la comunidad LGTBIQ+ se prepara para celebrar el Orgullo con color, visibilidad y —no nos vamos a engañar— una avalancha de campañas publicitarias que, al menos en la superficie, mostraban un compromiso corporativo con los derechos y la diversidad. Pero este año, algo ha cambiado. ¿Lo has notado tú también? Las grandes marcas han bajado el volumen, muchas incluso han optado por el silencio absoluto. Y sí, detrás de este fenómeno hay un nombre que resuena con fuerza: Donald Trump.

Desde que asumió nuevamente la presidencia de EE.UU. a inicios de 2025, Trump ha impulsado un discurso claramente hostil hacia el colectivo LGTBIQ+. Recortes a programas de protección, eliminación de materiales educativos inclusivos y declaraciones públicas que avivan la polarización han tenido un impacto más allá de las fronteras estadounidenses. El Orgullo de este año ha sido testigo de ese efecto dominó, que se ha traducido en una notable disminución del apoyo corporativo a las celebraciones del colectivo.

El miedo como estrategia corporativa

Algunas empresas han evitado posicionarse para «no entrar en debates políticos», según sus comunicados. Otras han sido más directas: no quieren arriesgar sus beneficios en un entorno donde los boicots y las campañas de odio en redes sociales son más agresivos que nunca.

Publicidad

No es casualidad. El clima social, especialmente en Estados Unidos, ha cambiado. Y como muchas marcas globales dependen en gran parte del mercado estadounidense, optan por el perfil bajo. El miedo vende más que la empatía. ¿Cínico? Quizá. ¿Realista? Sin duda.

¿Apoyo real o marketing rosa?

Durante años se ha cuestionado el «pinkwashing«, esa práctica de algunas marcas de sumarse al Orgullo únicamente por interés económico. Camisetas arcoíris, logos multicolor, anuncios con parejas del mismo género… y el 1 de julio, todo vuelve a su estado habitual.

Este 2025 nos ha permitido ver con más claridad quiénes eran verdaderes aliades y quiénes solo estaban aprovechando el mes de junio para generar ingresos. Muchas empresas que en años anteriores invertían grandes presupuestos en campañas LGTBIQ+ este año han optado por el silencio. ¿De verdad estaban con nosotres o solo era un negocio rentable?

Consecuencias visibles en el Orgullo

En ciudades como Nueva York, Madrid o Berlín, se ha notado una reducción en el patrocinio y la financiación de eventos del Orgullo. Algunas carrozas no pudieron salir por falta de fondos. Otras tuvieron que reinventarse para seguir adelante sin el respaldo empresarial de siempre.

- Advertisement -

Esto ha obligado a las asociaciones y colectivos a volver a las raíces del Orgullo: una manifestación política, no una fiesta patrocinada. Lo que para muches ha sido una pérdida, para otres ha significado una oportunidad para reconectar con el espíritu original de Stonewall: protesta, resistencia y visibilidad sin filtros.

¿Qué hay detrás del silencio corporativo?

Más allá de Trump y sus políticas, también influye el auge de movimientos ultraconservadores en Europa y América Latina. Gobiernos y partidos que atacan los derechos del colectivo han conseguido que el apoyo explícito a la diversidad sea visto como “ideológico” o “divisivo”.

Esto genera un dilema para las empresas: ¿se posicionan con la justicia social o se mantienen neutrales para no perder clientela? En esa neutralidad se esconde muchas veces una falta de compromiso real.

- Advertisement -

¿Estamos solxs? No del todo

A pesar de la retirada de algunas grandes marcas, muchas pequeñas empresas, colectivos locales y artistas independientes han dado un paso al frente. Han creado contenido, apoyado eventos y, sobre todo, han mantenido vivo el mensaje del Orgullo: ser quienes somos sin pedir perdón.

También hay marcas que, aunque han recibido ataques, no se han echado atrás. Nike, Ben & Jerry’s o Levi’s, por ejemplo, han continuado sus campañas inclusivas con coherencia. No son perfectas, claro, pero en un año difícil han decidido no desaparecer.

¿Es todo culpa de Trump?

Aunque es innegable que el discurso de Trump ha influido en el ambiente internacional, no podemos echarle toda la culpa. Muchas marcas ya venían recortando su compromiso desde antes, y la crisis económica global ha servido de excusa para reducir presupuestos que, en realidad, no eran prioridad. Quizá el problema no es solo político, sino también estructural. ¿Cuánto pesa la diversidad en los comités de dirección? ¿Cuántes líderes LGTBIQ+ toman decisiones reales en estas empresas?

¿Y ahora qué?

Nos queda una pregunta incómoda pero necesaria: ¿necesitamos a las marcas para celebrar el Orgullo? La respuesta no es sencilla. Por un lado, su visibilidad ayuda a normalizar. Por otro, su ausencia nos recuerda que la lucha sigue siendo nuestra, no delegable.

Quizá este año no ha sido tan colorido como otros, pero también ha sido una llamada de atención: el apoyo no puede ser condicional ni limitado a un mes al año. Nosotres no lo somos. Estamos todo el año. Y merecemos respeto y visibilidad todo el año.

Orgullo sin patrocinadores, pero con dignidad

Este Orgullo 2025 pasará a la historia no por sus campañas, sino por su resistencia. Por la forma en que les activistas, artistas y colectives han tomado el espacio que algunas marcas decidieron abandonar. No será el más comercial, pero tal vez sea el más honesto en mucho tiempo.

Y tú, ¿crees que debemos seguir confiando en las marcas como aliadas o es hora de reconstruir el Orgullo desde dentro, con nuestra gente, nuestros recursos y nuestras voces?

Publicidad
Publicidad

Top 5 Esta Semana

Post relacionados

Publicidad
Publicidad
Julian L.
Julian L.https://revistarainbow.com
Soy periodista porque creo que las noticias deben abrazar a quien nunca tuvo voz. Vivo entre titulares, manifestaciones y cafés compartidos. Me inspiro en Pedro Lemebel, y sueño con haberle entrevistado en otra vida. Mi pluma intenta contar el mundo como podría ser, no solo como es. Dato curioso: Mi récord personal son 12 cafés en un solo día cubriendo el Orgullo… y aquí sigo, vivito y coleando.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Novedades