¿Quién no ha soñado con salir a escena sintiéndose una auténtica diosa del arte drag? Ya sea que estés empezando en este mundo o lleves años transformándote frente al espejo, conseguir un maquillaje drag impecable no es solo cuestión de técnica, sino de actitud, autoconocimiento y, claro, práctica (y toneladas de fijador).
Quiero compartir contigo una guía práctica, con trucos esenciales, reflexiones útiles y un recordatorio importante: no hay una única manera correcta de hacer drag. Hay tantas formas como identidades, rostros y sueños existen. ¡Vamos allá!
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1. Preparar la piel: la base de todo imperio
Antes de siquiera abrir la paleta de colores, toca preparar el lienzo. La piel necesita estar limpia, hidratada y mimada.
¿Por qué es tan importante? Porque el maquillaje drag es intenso. Estamos hablando de capas de productos que, sin una buena preparación, pueden cuartearse, marcar imperfecciones o simplemente no durar.
Tips esenciales:
- Limpia tu cara con un producto suave.
- Aplica una hidratante rica pero ligera (sí, eso existe).
- Usa una prebase (primer) que se adapte a tu tipo de piel: matificante, iluminadora o hidratante.
¿Y qué pasa con la barba? Si hay sombra de afeitado, un corrector naranja o salmón antes de la base puede hacer maravillas.
2. Pegar cejas: una pequeña gran odisea
Las cejas son un punto clave en el maquillaje drag. Muchas veces se cubren por completo para redibujarlas más arriba y crear un rostro más expresivo y teatral.
¿Cómo se hace? Hay diferentes métodos, pero el más habitual (y económico) es con pegamento en barra. Sí, ese de los coles. Pero ojo: asegúrate de que sea no tóxico y lavable.
Pasos básicos:
- Peina las cejas hacia arriba.
- Aplica varias capas finas de pegamento, peinando entre capa y capa.
- Una vez seco, sella con polvos translúcidos.
- Cubre con corrector y luego con base.
¿Siempre hay que cubrir las cejas? No. Hay drags que eligen trabajar con sus cejas naturales. Otras las decoloran. Aquí, cada une decide su camino según su estética y comodidad.
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3. Contorno e iluminación: esculpiendo una fantasía
El contouring en el drag no es discreto. Es dramático, exagerado y juega con luces y sombras para crear otro rostro. Uno que quizás no tenga nada que ver con el original… y eso es parte de la magia.
Consejos clave:
- Usa una base más clara para iluminar (zona T, debajo de los ojos).
- Esculpe con tonos oscuros (mejillas, mandíbula, nariz).
- Difumina bien, pero sin perder la forma.
Aquí no hay que tener miedo a parecer «exagerade». El maquillaje drag se ve desde el escenario, desde la foto, desde el alma. Si parece mucho en persona, en cámara será perfecto.
4. Ojos que hablan: sombras, pestañas y drama
Los ojos son una de las partes más jugosas del maquillaje drag. Y una de las más desafiantes. Aquí el objetivo no es la sutileza: queremos drama.
Algunos tips útiles:
- Usa una prebase para sombras. Así el color se ve más vibrante y dura más.
- No tengas miedo de cortar la cuenca del ojo con un “cut crease”.
- Juega con colores intensos: violetas, verdes neón, azules eléctricos… ¡el cielo no es el límite!
- Doble capa de pestañas postizas. O triple. O lo que pida tu alma.
Una pregunta que se repite: “¿y si no sé hacer delineado simétrico?” Spoiler: casi nadie lo sabe al principio. Se aprende. Y si no sale, siempre puedes poner una pedrería encima. 😜
5. Labios potentes: el broche final
El maquillaje drag se corona con unos labios esculturales. El delineado es tu mejor aliade.
Truco clásico: delinear por fuera del labio natural para hacerlo más grande. Rellena con un tono llamativo (rojo sangre, fucsia, morado oscuro…) y añade gloss si quieres un acabado más jugoso.
Y si te tiembla el pulso… empieza perfilando con lápiz y luego rellena. O usa pincel fino para mayor control. Nadie nació sabiendo.
6. Sellar todo: que no se derrita el arte
Tantas capas, tantos colores… ¿cómo evitar que se derrita todo en medio de una actuación (o del metro a 35 grados)?
Soluciones:
- Polvos traslúcidos para sellar todo.
- Spray fijador (hay específicos de larga duración).
- Si sudas mucho, lleva una esponja contigo para retoques rápidos.
7. No hay reglas fijas (aunque parezca que sí)
A veces parece que hay una única forma correcta de hacer maquillaje drag. Pero la verdad es otra: el drag es libertad.
¿Hay técnicas útiles? Claro. ¿Consejos que ayudan? Por supuesto. Pero también hay personas que se saltan todo y crean una estética única.
Y es que, ¿quién define lo que es “perfecto”? Quizás tu maquillaje ideal no sea el más limpio o simétrico, sino el que más te representa.
8. Un viaje personal (y colectivo)
Maquillarse en drag no es solo pintar un rostro. Es contar una historia, manifestar una identidad, jugar con el género, romper moldes… o simplemente pasarlo bien.
Hay días en los que sale todo mal. La base se oxida, el delineado se emborrona, y nada parece encajar. Pero hay algo hermoso en eso también. Aprender, insistir, explorar. Porque cada vez que te enfrentas al espejo, también te enfrentas a ti misme.
¿Quién eres hoy? ¿Qué quieres expresar? ¿Qué versión tuya está pidiendo salir?
Práctica, paciencia y mucho amor propio
Dominar el maquillaje drag no es fácil, pero tampoco imposible. Es un proceso de ensayo y error, de buscar referentes, de mirarte con amor. Cada brochazo, cada pestaña, cada trazo es parte de tu arte.
Y aunque este artículo te da pistas, la verdad es que el mejor consejo es este: hazlo a tu manera. Porque eso, más que nada, es lo que hace que el drag brille.