martes, julio 22, 2025

“La diversidad también lleva uniforme”: la lucha de Gaylespol por los derechos LGTBIQ+ dentro de los cuerpos policiales

📝 Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de quien lo firma y no reflejan necesariamente la postura de Revista Rainbow. Asimismo, Revista Rainbow no se hace responsable del contenido de las imágenes o materiales gráficos aportados por les autores, colaboradores o colaboradoras.

Publicidad

Fundada en 2006, la asociación Gaylespol ha sido pionera en visibilizar y acompañar a personas LGTBIQ+ dentro de los cuerpos de seguridad del Estado. Su presidente, Manuel Peinado, habla con Revista Rainbow sobre los retos aún presentes, las claves del cambio institucional y el poder de transformar desde dentro. Una conversación honesta, firme y profundamente humana sobre orgullo, compromiso y justicia en uniforme.

Desde fuera pudo parecer sorprendente en 2006 que apareciera una asociación LGTBIQ+ dentro de los cuerpos de seguridad, pero muchas veces el cambio empieza desde dentro. ¿Cuál es el origen de Gaylespol y qué necesidad concreta motivó su creación?

Como pueden imaginar, en 2006 ya se habían logrado avances importantes en derechos LGTBIQ+, como la aprobación del matrimonio igualitario en 2005. Sin embargo, esos avances no siempre llegaban con la misma rapidez a estructuras profundamente jerarquizadas y marcadas históricamente por una cultura heteropatriarcal, como son los cuerpos policiales. Cambiar ciertas actitudes desde dentro era, y sigue siendo, un reto importante.

Publicidad

En aquel momento no existían protocolos internos en los cuerpos policiales para prevenir el acoso o la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género, ni por características sexuales. Esto generaba un vacío que dejaba a muchas personas LGTBIQ+ desprotegidas dentro de sus propios entornos laborales.

Por eso nace Gaylespol, con un doble objetivo: por un lado, proteger y dar visibilidad a las personas LGTBIQ+ dentro de los cuerpos policiales; y por otro, contribuir a transformar la mirada de la propia institución hacia la diversidad. Queríamos romper estigmas desde dentro y promover una cultura policial más inclusiva y respetuosa, también a través de la formación en derechos humanos y diversidad.

Nuestro trabajo en esos inicios fue muy político, en el sentido de tener que incidir en estructuras rígidas, en espacios donde hablar abiertamente de discriminación o identidad de género no era bien recibido. Pero sabíamos que solo desde dentro podíamos impulsar un cambio real y duradero.

A lo largo del tiempo, las asociaciones evolucionan y se adaptan a nuevas realidades. Queremos conocer cuál es la visión que guía vuestro trabajo y cuáles son ahora los principales frentes que estáis abordando. ¿Cuál es la misión principal de Gaylespol y qué objetivos concretos persigue hoy?

- Advertisement -

La misión de Gaylespol sigue estando muy ligada a sus orígenes, porque, lamentablemente, las situaciones de discriminación y acoso hacia personas LGTBIQ+ dentro de los cuerpos policiales no han desaparecido. Lo que sí ha cambiado es la forma: hoy en día ese acoso puede presentarse de forma más sutil, en forma de bromas constantes, microagresiones o barreras invisibles que dificultan, por ejemplo, el acceso a oportunidades de formación o promoción profesional. Son situaciones difíciles de demostrar, pero que siguen existiendo, y por eso nuestra presencia sigue siendo necesaria.

A lo largo del tiempo, hemos evolucionado buscando alianzas estratégicas. Un ejemplo claro es la firma de convenios de colaboración con los principales sindicatos policiales. Sabemos que el cambio real solo puede lograrse si trabajamos de forma conjunta, sumando esfuerzos para avanzar hacia una igualdad real y efectiva dentro de las instituciones policiales.

«En este ámbito, Gaylespol es actualmente la única asociación en España acreditada por el Consejo de Europa para formar a policías en delitos de odio y discriminación contra personas LGTBIQ+.»

Otra línea fundamental de nuestro trabajo actual es la formación. No solo en sensibilización hacia la diversidad sexual, de género y familiar, sino también en el abordaje de los delitos de odio: cómo identificarlos, cómo reconocer los indicios, y cómo garantizar que las víctimas reciban una respuesta profesional, empática y adecuada. En este ámbito, Gaylespol es actualmente la única asociación en España acreditada por el Consejo de Europa para formar a policías en delitos de odio y discriminación contra personas LGTBIQ+. Además, hemos tenido el honor de participar como coautores en la actualización del manual europeo de formación policial en esta materia.

- Advertisement -

Y, por último, también trabajamos para transformar la imagen que la comunidad LGTBIQ+ tiene de la policía. Porque, aunque queda mucho camino por recorrer, no somos la misma policía que hace 40 años, y es importante reconocer y visibilizar los avances. Necesitamos que las personas del colectivo confíen en sus cuerpos policiales, denuncien cualquier hecho de odio o discriminación, y sepan que no están solas. Solo así podremos erradicar la LGTBIfobia de nuestras calles y también de nuestras instituciones.

Manuel Peinado, Presidente de Gaylespol
Manuel Peinado, Presidente de Gaylespol

Hablar de acompañamiento puede sonar muy amplio. Por eso queremos concretar: ¿de qué manera se materializa esa ayuda?, ¿hay asesoramiento jurídico?, ¿acompañamiento emocional?, ¿formación? ¿Qué tipo de apoyo ofrecéis a personas del colectivo que trabajan en cuerpos de seguridad?

Gaylespol es una asociación sin ánimo de lucro, y todo el trabajo que realizamos lo hacemos de forma completamente voluntaria. No solicitamos subvenciones públicas, lo que refuerza nuestro compromiso con una labor independiente y basada en la colaboración.

Dicho esto, cuando una persona LGTBIQ+ que forma parte de un cuerpo policial acude a nosotras como víctima, ya sea por acoso, discriminación u otra situación relacionada,  activamos los recursos que tenemos a nuestra disposición. Gracias a los convenios que hemos firmado con los principales sindicatos policiales, podemos ofrecer acompañamiento profesional en distintos ámbitos, como el asesoramiento legal o el apoyo psicológico.

En los últimos años, uno de los avances más significativos ha sido precisamente ese: profesionalizar la respuesta que damos a las personas que acuden a Gaylespol. Ya no solo escuchamos y acompañamos que también es fundamental, sino que ofrecemos una red de apoyo real y eficaz.

A veces, lo que una persona necesita es simplemente sentirse comprendida por alguien que ha vivido situaciones similares. Saber que no estás sola, que alguien entiende tu contexto, tus miedos y tus dudas, tiene un valor enorme. Y eso también es acompañar.

Por otro lado, también recibimos muchas consultas de personas LGTBIQ+ que no pertenecen a los cuerpos policiales, pero que han vivido situaciones de discriminación o delitos de odio, o que han tenido una mala experiencia al intentar presentar una denuncia. En estos casos, ofrecemos orientación sobre cómo proceder, y en muchas ocasiones facilitamos el contacto directo con unidades policiales específicas. Lo hacemos para evitar lo que llamamos una «puerta fría», es decir, ese primer contacto difícil o inseguro con una comisaría, que puede marcar la diferencia entre denunciar o no hacerlo.

Nuestro objetivo es ser ese puente de confianza entre las víctimas y los cuerpos policiales, y hacerlo desde un enfoque humano, profesional y comprometido.

Más allá del acompañamiento, muchas personas no saben que también realizáis formación y sensibilización. ¿Podrías contarnos qué tipo de actividades habéis desarrollado en los últimos años y a qué públicos soléis dirigiros? ¿Qué tipo de acciones lleváis a cabo a nivel formativo, reivindicativo o institucional?

En Gaylespol, la formación y la sensibilización son dos ejes fundamentales de nuestra actividad, porque estamos convencides de que solo a través del conocimiento y el contacto directo se pueden transformar prejuicios, desmontar estereotipos y fomentar una cultura de respeto y derechos.

Una parte esencial de nuestro trabajo se centra en la formación a cuerpos policiales. Realizamos sesiones de sensibilización sobre diversidad afectiva, sexual, de género y por características sexuales, así como formación especializada en el abordaje de delitos de odio y discriminación contra personas LGTBIQ+. Estas formaciones las impartimos tanto en academias de policía como en unidades operativas, y en colaboración con administraciones locales, autonómicas o estatales. También colaboramos con instituciones europeas, como el Consejo de Europa, del cual somos entidad formadora acreditada en esta materia. De hecho, Gaylespol ha participado como coautora en la actualización del manual del Consejo de Europa “Policing Hate Crime against LGBTI persons: Training for a Professional Police Response”, lo que refuerza nuestro compromiso y experiencia en este campo.

Además, impartimos formaciones sobre el fenómeno de los discursos de odio, especialmente los que se propagan en redes sociales o en contextos institucionales, con el objetivo de identificar, prevenir y contrarrestar narrativas que fomentan la LGTBIfobia.

Otro ámbito clave en el que trabajamos es la seguridad comunitaria. Hemos desarrollado y dinamizado consejos de seguridad específicos para la comunidad LGTBIQ+, generando espacios de encuentro entre ciudadanía, entidades LGTBIQ+ y cuerpos policiales, con el objetivo de mejorar la confianza, la comunicación y la prevención de violencias. Estos consejos permiten poner sobre la mesa necesidades específicas, identificar riesgos y promover una seguridad verdaderamente inclusiva.

A nivel institucional, participamos activamente en jornadas, mesas redondas y espacios de trabajo interinstitucional, tanto en el ámbito nacional como internacional. Estamos presentes en redes europeas como la European LGBTI Police Association (EGPA), y colaboramos con sindicatos, administraciones públicas y entidades sociales para avanzar hacia unas fuerzas de seguridad públicas más representativas, igualitarias y comprometidas con los derechos humanos.

gaylespol

También llevamos a cabo acciones reivindicativas, especialmente en fechas señaladas como el 17 de mayo (Día Internacional contra la LGTBIfobia) o el mes del Orgullo, en las que visibilizamos tanto la diversidad dentro de los cuerpos policiales como el compromiso de una parte de la institución con la defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ+. Para nosotros, estar en estos espacios también es una forma de reparación simbólica y una manera de construir referentes positivos dentro del ámbito policial.

En resumen, Gaylespol actúa como puente entre el colectivo LGTBIQ+ y las instituciones policiales, y lo hace a través de una combinación de formación rigurosa, incidencia política, trabajo comunitario y visibilización pública. Todo ello desde una perspectiva profesional, comprometida y profundamente humana.

gaylespol
Formación por Gaylespol

Sabemos que aún hay resistencias estructurales, prejuicios y silencios. ¿Cuáles son hoy las principales barreras para una integración real y respetuosa? ¿Qué retos siguen existiendo dentro de las fuerzas de seguridad del Estado para una plena inclusión LGTBIQ+?

Aunque se han producido avances importantes en los últimos años, lo cierto es que aún persisten resistencias estructurales dentro de las fuerzas y cuerpos de seguridad que dificultan una integración real y respetuosa de las personas LGTBIQ+. Estas barreras no siempre son visibles ni explícitas; muchas veces se manifiestan a través del silencio, la indiferencia o la falta de voluntad real para transformar dinámicas profundamente arraigadas.

Una de las principales dificultades sigue siendo el peso de una cultura organizativa tradicionalmente heteropatriarcal, muy jerarquizada, donde la diversidad se ha vivido durante años como algo que debía ocultarse o silenciarse. Esto genera un clima en el que muchas personas del colectivo LGTBIQ+ dentro de los cuerpos policiales no se sienten con la libertad de expresarse tal como son, por miedo a represalias, burlas o estancamiento profesional.

Hoy en día, el acoso puede presentarse de forma más sutil: microagresiones, bromas constantes, rumores o la exclusión de ciertas oportunidades profesionales. También encontramos trabas cuando hablamos de acceso a formación específica, o resistencias a implementar protocolos claros frente a la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género o características sexuales.

Otro reto importante es la falta de referentes visibles dentro de los cuerpos policiales. Sabemos que la representación importa, y que tener referentes LGTBIQ+ en puestos de responsabilidad puede marcar una gran diferencia, pero para que eso sea posible necesitamos entornos seguros donde salir del armario no sea un riesgo.

Desde Gaylespol creemos que la formación continua y obligatoria en derechos humanos, delitos de odio y diversidad LGTBIQ+ es una herramienta clave para transformar esta realidad. Pero también lo es la voluntad política y el compromiso institucional para impulsar cambios estructurales: desde incorporar cláusulas específicas en los protocolos internos contra el acoso, hasta garantizar espacios de acompañamiento y reparación cuando se producen vulneraciones.

En definitiva, el gran reto es dejar de hablar de inclusión como algo “simbólico” o “decorativo” y entenderla como un derecho y una necesidad dentro de unas fuerzas de seguridad verdaderamente democráticas y al servicio de toda la ciudadanía.

«Un grupo LGTBIQ+ interno no puede limitarse a organizar actos puntuales o a estar presente solo en fechas señaladas como el Orgullo.»

Cada vez más compañías y entidades crean grupos LGTBIQ+ internos, pero no siempre saben por dónde empezar. ¿Qué aprendizajes podríais compartir desde vuestra experiencia? ¿Qué consejo darías a colectivos que están empezando a organizar grupos de apoyo internos en grandes empresas o instituciones?

Lo primero que diría a quienes están pensando en crear grupos LGTBIQ+ dentro de sus empresas o instituciones es que lo hagan con determinación y con un compromiso real. No se trata de una acción estética ni de una estrategia de imagen: si se crea un grupo, hay que dotarlo de contenido, de recursos y, sobre todo, de espacio real para incidir.

Un grupo LGTBIQ+ interno no puede limitarse a organizar actos puntuales o a estar presente solo en fechas señaladas como el Orgullo. Tiene que tener voz propia dentro de la estructura, un lugar en la mesa donde se toman decisiones, donde se pueden plantear necesidades, hacer propuestas y detectar situaciones de discriminación o de mejora en el clima laboral.

Desde nuestra experiencia en Gaylespol, sabemos que estos espacios pueden ser motores de cambio muy potentes, siempre que no se los margine o se les vacíe de contenido. Es importante que las personas que los integran estén formadas y acompañadas, y que haya una interlocución real con recursos humanos, dirección y otras áreas clave. Si no, corremos el riesgo de que se conviertan en una simple acción de maquillaje institucional.

También les animaría a construir alianzas, tanto internas como externas. Contar con el apoyo de sindicatos, asociaciones expertas o personas referentes puede dar solidez y proyección al grupo. Y, por supuesto, escuchar siempre a las propias personas LGTBIQ+ dentro de la organización: son ellas quienes conocen de primera mano las barreras, los miedos y las oportunidades de mejora.

Al fin y al cabo, no se trata de crear un grupo para quedar bien, sino de generar un espacio útil, con impacto real, que contribuya a transformar la cultura interna de la organización hacia una más diversa, justa y segura para todes.

Mantener activa una asociación requiere recursos. Es importante visibilizar cómo os sostenéis económicamente y si existen vías abiertas de colaboración, donaciones o voluntariado. ¿Cómo se financia Gaylespol y de qué manera puede la ciudadanía colaborar con vuestra labor?

Gaylespol se sostiene principalmente gracias a las cuotas de sus personas socias. Aunque son simbólicas, tienen un valor enorme, no tanto por la cantidad económica en sí, sino por lo que representan: un compromiso colectivo con nuestra misión. Las personas socias no esperan recibir nada material a cambio; lo que reciben es algo mucho más importante: saber que están contribuyendo a un cambio real en las estructuras policiales, legislativas y sociales a través de nuestra labor de incidencia.

Además, contamos con donaciones puntuales. Un ejemplo claro es nuestra participación en el Pride de Barcelona, donde instalamos un stand durante dos días. Allí ofrecemos información sobre nuestra asociación, damos a conocer nuestro trabajo y, a cambio de un donativo, obsequiamos a las personas colaboradoras con camisetas, pulseras u otros materiales simbólicos que nos ayudan también a visibilizar nuestra causa.

Por otro lado, dado que nuestras formaciones están reconocidas oficialmente por el Consejo de Europa, cuando ayuntamientos o administraciones públicas nos solicitan formación para sus policías locales, solemos emitir una factura simbólica. Esta pequeña aportación nos permite cubrir los gastos de desplazamiento y estancia de las personas voluntarias que imparten la formación. No se trata de un negocio, sino de garantizar que podemos seguir llevando a cabo nuestra misión sin poner en riesgo nuestra sostenibilidad. Aun así, cuando una administración no puede asumir ese coste, en muchos casos igualmente realizamos la formación, porque nuestra prioridad siempre es llegar allí donde se nos necesita.

La ciudadanía puede colaborar haciéndose socia, realizando donaciones, ayudando en tareas de difusión o sumándose como voluntaria. Todo apoyo, por pequeño que parezca, suma. Nuestro trabajo es colectivo, y cada gesto nos ayuda a seguir construyendo una policía más inclusiva, profesional y al servicio de todas las personas, sin excepciones.

manuel peinado presidente de gaylespol
Manuel Peinado, Presidente de Gaylespol en el Consejo de Europa

Muchos casos no se denuncian por miedo o por no saber cómo actuar. Es fundamental que quienes se vean en esta situación tengan una hoja de ruta clara y se sientan acompañades. ¿Qué debe hacer una persona LGTBIQ+ si sufre microagresiones o discriminación en su entorno laboral dentro de las fuerzas de seguridad?

Lo primero que queremos decir a cualquier persona LGTBIQ+ que esté viviendo una situación de discriminación, acoso o microagresiones dentro de un cuerpo policial es que no está sola. Desde Gaylespol estamos aquí para escuchar, acompañar y orientar en todo momento, con total confidencialidad y sin juicios.

Ante una situación así, lo más importante es no normalizarla ni minimizarla. Las microagresiones reiteradas, las bromas ofensivas, el aislamiento o la negación de oportunidades por motivos relacionados con la orientación sexual, la identidad o expresión de género, o las características sexuales, son formas de violencia estructural que deben ser señaladas.

El primer paso sería documentar todo lo que ocurre: fechas, situaciones, posibles testigos, correos o mensajes, etc. Esta información puede ser muy útil si en algún momento se quiere presentar una queja formal o emprender acciones legales.

El segundo paso es buscar apoyo. En Gaylespol podemos ofrecer orientación inicial y, si la persona lo desea, ponerla en contacto con servicios jurídicos o psicológicos a través de nuestros convenios con sindicatos colaboradores. No todas las personas quieren o pueden denunciar formalmente, y lo entendemos: acompañamos cada caso desde el respeto a los tiempos y las decisiones de la víctima. A veces, simplemente hablar con alguien que comprende lo que está pasando ya supone un gran alivio.

También recomendamos contactar con representantes sindicales sensibilizados con los derechos LGTBIQ+, si los hay, o con unidades de igualdad o protocolos internos si existen en la institución concreta. Aunque sabemos que no siempre funcionan como deberían, son herramientas que vale la pena activar cuando se dan las condiciones.

Y sobre todo, insistimos: denunciar no siempre significa ir a juicio. A veces significa visibilizar, hacer valer nuestros derechos dentro de la institución, o simplemente frenar una situación injusta. En Gaylespol trabajamos precisamente para que ninguna persona tenga que elegir entre su identidad y su vocación profesional. Estamos para acompañar, para dar herramientas y para que sepas que, en esta lucha, no estás sola.

Ser LGTBIQ+ dentro de los cuerpos de seguridad es solo una parte de la historia. También existen factores como el origen, la clase social, la religión o la discapacidad que atraviesan las experiencias. ¿Cómo abordáis estos cruces de identidades en vuestra asociación? ¿Qué papel juega la interseccionalidad en vuestro trabajo?

En Gaylespol somos muy conscientes de que la vivencia de ser una persona LGTBIQ+ dentro de los cuerpos de seguridad no es homogénea. La orientación sexual, la identidad o expresión de género, o las características sexuales son solo una parte de la historia. Factores como el origen étnico o nacional, la religión, la clase social, la discapacidad o incluso la edad se entrecruzan y condicionan profundamente cómo se experimenta la pertenencia al colectivo y a la institución policial.

Desde nuestra asociación entendemos la interseccionalidad no como un concepto teórico, sino como una herramienta práctica y necesaria para analizar desigualdades complejas y proponer respuestas más justas y eficaces. Lo vemos, por ejemplo, en cómo una persona racializada y trans puede enfrentarse a múltiples capas de discriminación simultáneamente: por ser LGTBIQ+, por su color de piel, por su identidad de género, y por los estereotipos que aún existen dentro y fuera de las estructuras policiales.

Este enfoque lo hemos integrado tanto en nuestra acción formativa como en nuestra incidencia. Las formaciones que realizamos , especialmente aquellas desarrolladas con el marco del Consejo de Europa,  recogen explícitamente la necesidad de analizar los delitos de odio y la discriminación desde una perspectiva interseccional, y de formar a las y los agentes en la identificación de múltiples factores de vulnerabilidad. No se trata solo de reconocer la violencia explícita, sino también las barreras institucionales, la falta de acceso a recursos, o la invisibilidad que muchas personas sufren por pertenecer a más de un colectivo oprimido.

En nuestro trabajo cotidiano también lo aplicamos a la hora de acompañar a víctimas dentro de los cuerpos policiales: no todas parten del mismo punto, ni cuentan con las mismas redes, ni se enfrentan al mismo tipo de obstáculos. Por eso, el acompañamiento debe ser flexible, empático y adaptado a cada realidad.

El reto ,y también nuestro compromiso, es construir espacios seguros y representativos dentro de los cuerpos de seguridad, que no reproduzcan las mismas lógicas de exclusión que muchas personas ya han vivido fuera de ellos. La interseccionalidad nos obliga a escuchar mejor, a no suponer nada, y a actuar con una mirada amplia, inclusiva y profundamente humana.

«Soñamos con una policía donde ninguna persona LGTBIQ+ tenga que volver al armario para poder trabajar.»

No todo son obstáculos. También hay pequeños (y grandes) triunfos. Queremos cerrar con esperanza: ¿qué os ha hecho sentir que estáis en el camino correcto y qué sueña Gaylespol para los próximos años? ¿Qué logros os han emocionado especialmente como equipo y qué os gustaría ver en un futuro cercano?

A pesar de las resistencias y los obstáculos, también hay motivos para la esperanza. Y en Gaylespol nos emociona ver cómo, poco a poco, el trabajo constante empieza a dar frutos reales. Nos hace sentir que estamos en el camino correcto cuando vemos cómo, en distintos puntos del Estado, se están creando unidades especializadas dentro de los cuerpos policiales para abordar los delitos de odio y la discriminación. Equipos formados, comprometidos y con una mirada profesional que entienden que la diversidad no es un problema, sino una riqueza que debe ser protegida.

También valoramos mucho la creación de unidades de diversidad en diferentes cuerpos policiales, espacios que hace años eran impensables y que hoy son una realidad en crecimiento. Que existan estas unidades quiere decir que las instituciones empiezan a reconocer que no pueden dar una respuesta efectiva sin entender primero la realidad de las personas a las que sirven.

Y, por supuesto, nos llena de orgullo ver cómo cada vez más policías locales nos solicitan formación en sensibilización hacia el colectivo LGTBIQ+. Que lo hagan de forma proactiva, que quieran mejorar su relación con la comunidad, que se interesen por aprender, por revisar protocolos y actitudes… Todo eso nos indica que algo está cambiando. Que no somos una excepción, ni una rareza, sino parte de un proceso necesario y cada vez más asumido.

Como equipo, uno de los logros que más nos ha emocionado ha sido poder formar parte de la actualización del manual del Consejo de Europa “Policing Hate Crime against LGBTI persons” como coautores. Que una asociación formada por policías voluntarixs sea reconocida a nivel europeo como referente en esta materia es un orgullo inmenso, però també una responsabilitat que asumimos con dedicación.

¿Qué soñamos para los próximos años? Soñamos con una policía donde ninguna persona LGTBIQ+ tenga que volver al armario para poder trabajar. Con cuerpos policiales formados, diversos, sensibles y al servicio real de toda la ciudadanía. Soñamos con que las víctimas de delitos de odio confíen en la policía porque saben que van a ser escuchadas, respetadas y protegidas. Y sobre todo, soñamos con que un día ya no haga falta que existan asociaciones como la nuestra, porque la igualdad, el respeto y la dignidad ya estén plenamente integrados en todas las instituciones.

🌈 Preguntas Rainbow

  • Si tu vida tuviera un lema activista bordado en una camiseta, ¿cuál sería? (Esa frase que te representa y que repetirías con orgullo.) La diversidad también lleva uniforme. Reivindica que las personas LGTBIQ+ existen dentro de los cuerpos policiales y tienen derecho a ser visibles, respetadas y reconocidas.
  • ¿En qué momento te sentiste más libre en tu piel? (Esa anécdota o experiencia que simboliza tu conexión contigo mismo sin máscaras.)

Me sentí verdaderamente libre el día que decidí dar el paso hacia la visibilidad pública. Cuando empecé a dar entrevistas, a reunirme con responsables políticos para hacer incidencia, o a sentarme con mandos policiales para hablar, cara a cara, sobre diversidad dentro de los cuerpos. Ese momento marcó un antes y un después, porque ya no había vuelta atrás.

Era consciente de que al hacerme visible ponía el cuerpo, literal y simbólicamente, en un espacio donde no siempre se nos había querido. Pero también entendí que, si queríamos cambiar algo, alguien tenía que dar el paso. Que la libertad también era eso: atreverte a ser tú mismo en los espacios donde tradicionalmente se nos había pedido silencio.

Aquel momento fue un acto de coherencia conmigo mismo. Porque no podía pedir a otros que fueran valientes si yo no lo era. Y porque entendí que visibilizarme no era solo por mí, sino también por quienes aún no podían hacerlo. A partir de ahí, entendí que ser visible era una herramienta de transformación, y que ya no tenía sentido esconderme. Porque vivir con orgullo, también en el uniforme, es una forma de hacer justicia.


 

Gaylespol no solo acompaña a quienes viven su identidad dentro de estructuras rígidas, sino que propone un nuevo modelo de seguridad: más humano, más justo y más diverso. En palabras de su presidente, el sueño es claro: una policía donde nadie tenga que volver al armario para poder servir. Mientras ese día llega, seguirán estando ahí, visibilizando, formando, y recordándonos que también bajo el uniforme late la diversidad.

Publicidad
Publicidad

Top 5 Esta Semana

Post relacionados

Publicidad
Publicidad
Javier Kiniro
Javier Kiniro
Desde pequeño supe que las palabras podían construir refugios. Soy escritor, asesor de imagen, creador de mundos y soñador profesional. En Rainbow, convierto cada proyecto en una declaración de amor a la diversidad, la interseccionalidad y la belleza real. Mi gran referente es Pedro Lemebel, porque aprendí que la ternura también puede ser una forma de revolución. Dato curioso: Soy capaz de detectar un error de maquetación a diez metros… pero no sé hacer un café decente.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Novedades