En un contexto donde los discursos de odio resurgen con fuerza y las leyes inclusivas se ven cuestionadas, la Federació Diània LGTBI+ ha lanzado un mensaje claro y contundente: “Las personas trans existen, tienen derechos y no daremos ni un paso atrás”. Así arranca su comunicado, difundido por La Vall Diversa, un colectivo valenciano que ha decidido plantar cara a los ataques cada vez más sistemáticos contra la comunidad trans.
No es una alerta exagerada. Es una necesidad urgente.
Una oleada de odio que no es casual
La Vall Diversa no es la única voz que lo denuncia. Cada vez más colectivos están señalando lo mismo: la transfobia se ha institucionalizado en algunos territorios. La violencia no viene solo de insultos en la calle, sino también de despachos, titulares y decisiones políticas.
En su comunicado, el colectivo denuncia:
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La regresión en políticas públicas que protegían a las personas trans.
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Las declaraciones deshumanizantes desde tribunas políticas.
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El desmantelamiento de espacios institucionales de participación LGTBI+.
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El silencio cómplice ante el aumento de agresiones físicas y simbólicas.
En especial, señalan el caso de la Comunidad Valenciana, donde el gobierno del PP ha propuesto modificaciones a la Llei 8/2017 de igualdad LGTBI+ y ha ignorado la convocatoria de los consejos consultivos donde participa el tejido asociativo. Todo esto, sumado al contexto europeo (Hungría, Reino Unido, Italia), dibuja un panorama preocupante.
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No es solo una ley. Es una vida.
Cuando se cuestiona una ley que protege a las personas trans, lo que se está cuestionando no es solo un papel. Es su existencia misma.
Hablamos de una población históricamente marginada, con tasas de desempleo altísimas, dificultades de acceso a la salud, discriminación en la educación y una realidad cotidiana marcada por la violencia.
Y sin embargo, cuando se da un paso adelante en derechos, los retrocesos siempre están a la vuelta de la esquina. Como si avanzar fuera una amenaza. Como si pedir dignidad fuera pedir demasiado.
“Davant l’odi, més drets i més lluita”
Ese es el lema del comunicado. Y no es una consigna cualquiera. Es una estrategia de resistencia. Porque cuando el odio se institucionaliza, la única respuesta posible es organizarnos. Hacer red. Levantar la voz.
Desde La Vall Diversa se exige:
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La convocatoria inmediata de los órganos consultivos LGTBI+ con la participación de la Consellera Susana Camarero.
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La retirada de las reformas regresivas propuestas.
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El respeto y mantenimiento de la Llei 8/2017 como herramienta clave para la igualdad.
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La defensa activa de los derechos de las personas trans en todos los niveles: sanitario, educativo, jurídico y social.
La lucha trans es memoria, presente y futuro
Las personas trans no llegaron ayer a esta lucha. Han estado desde el principio. Fueron protagonistas en Stonewall. Estuvieron en las primeras marchas. Han liderado redes de cuidado, resistencia y arte. Pero también han sido, durante mucho tiempo, las más invisibilizadas.
Hoy, verlas al frente no es una casualidad. Es una deuda que se empieza a saldar. Y es también un faro para entender que la lucha LGTBIQ+ no será completa si no es también transfeminista, interseccional y radicalmente inclusiva.
¿Qué puedes hacer tú?
No hace falta formar parte de una asociación para defender los derechos trans. Aquí tienes algunas formas reales de mostrar apoyo:
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Infórmate: sigue medios y activistas trans que cuenten su realidad en primera persona.
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Corrige con respeto: si oyes comentarios transfóbicos, no los normalices.
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Participa: acude a concentraciones, firmas de apoyo, jornadas informativas.
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Comparte contenido: darle visibilidad a estas luchas también es resistir.
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Exige políticas públicas que pongan la vida en el centro.
Porque lo contrario de la transfobia no es solo la tolerancia. Es la complicidad activa.
⚠️ Una mirada crítica: ¿y si no basta con resistir?
Es necesario resistir, sí. Pero también necesitamos construir. Si siempre estamos a la defensiva, apagando fuegos, ¿cuándo tendremos tiempo de imaginar futuros posibles? ¿Y si además de resistir, nos permitimos soñar con espacios donde la ley no sea el límite, sino el punto de partida?
Las organizaciones como La Vall Diversa hacen un trabajo inmenso, pero no pueden (ni deben) hacerlo todo solas. La carga no puede recaer únicamente en quienes ya están en el frente. Necesitamos instituciones aliadas, medios responsables y sociedad civil comprometida.
No hay vuelta atrás
La realidad es esta: las personas trans existen. Viven, trabajan, aman, estudian, luchan. No son una moda. No son una ideología. No son un error.
Y si hay algo que la historia ha demostrado es que, por mucho que se intente, la dignidad no se revoca.
Así que no, no daremos ni un paso atrás. Ni uno solo.
