domingo, junio 15, 2025

“No encajar es profundamente liberador” – Javier Kiniro y el arte de vivir con sentido

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Pocas veces una entrevista suena tan íntima y tan necesaria como esta. Javier Kiniro, director de Revista Rainbow, asesor de imagen con alma activista y autor de libros que abrazan la diversidad desde el cuidado, presenta su obra más personal hasta la fecha: El motivo por el que sigo aquí. Una guía escrita con ternura y rebeldía, que redefine el concepto de ikigai desde una perspectiva queer, emocional e interseccional. Hablamos con él sobre propósito, libertad, memoria, y lo que significa ser visible sin dejarse la piel en el intento.

Javier, acabas de lanzar «El motivo por el que sigo aquí, una guía para encontrar el ikigai siendo queer.» ¿Cómo surgió la necesidad de escribir este libro?

el motivo por el que yo sigo aqui

La idea nació de una herida personal y una intuición colectiva. Durante mucho tiempo me pregunté por qué a muchas personas LGTBIQ+ nos cuesta encontrar un propósito que no esté atravesado por el dolor, la resistencia o la necesidad de demostrar algo. Quería escribir un libro que no hablase de éxito, sino de sentido. Que no buscase respuestas estándar, sino caminos propios. Y que abrazara el caos, el miedo, la belleza y el deseo como parte del viaje.

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El concepto de “ikigai” suele estar vinculado a lo profesional o a la productividad. ¿Qué aporta tu enfoque queer y emocional a esta idea tan popular?

Lo queer descoloca, y eso es justo lo que hace falta. El ikigai no puede reducirse a una intersección de trabajo, talento y mercado. Para muchas personas LGTBIQ+, nuestro “porqué” no está en producir más, sino en vivir con dignidad, en habitar un cuerpo que nos respete, en amar sin miedo. En el libro propongo una mirada mucho más íntima, desacelerada y honesta. Porque a veces nuestro ikigai no es lo que el mundo espera de nosotros… sino lo que nos salva.

Dices en el libro que “el mundo no siempre está preparado para nuestros motivos”. ¿Cuáles han sido los tuyos para seguir aquí?

Mis motivos han sido siempre más emocionales que racionales. Me quedo aquí por amor: al arte, a las palabras, a las personas que aún no saben que también merecen ser protagonistas. Me quedo por quienes, como yo, han buscado durante años un espejo donde no sentirse monstruos. Y también por rebeldía: porque me niego a aceptar que nuestras vidas solo importan cuando hay sufrimiento. Quiero que también haya gozo, deseo, memoria… y sí, también un toque de escándalo.

Como autor, asesor de imagen y activista queer, ¿cómo conectas tu trabajo creativo con tu compromiso social?

Para mí no existe una sin la otra. Escribir, crear, acompañar, asesorar… todo forma parte de un mismo acto político: cuidar. Cuidar cuerpos, cuidar palabras, cuidar espacios. Desde lo estético, desde lo simbólico, desde lo práctico. Lo queer no es solo una identidad, es una manera de mirar. Y mi trabajo intenta ser siempre una respuesta amorosa al mundo que nos violenta.

En un mundo donde se nos pide constantemente encajar, ¿cómo encuentras tú la paz en no hacerlo?

Con humor y con memoria. Reírme de las expectativas ajenas me ha salvado muchas veces. Y acordarme de lo que tantas personas antes que yo hicieron para que hoy podamos vivir fuera de la norma también. No encajar es incómodo, sí, pero también es profundamente liberador. La paz no la encuentro en la conformidad, sino en la coherencia.

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¿Qué papel juega la interseccionalidad en tu forma de escribir y dirigir una revista como Rainbow?

Es el eje central. Sin interseccionalidad, el activismo es marketing. No me interesa una narrativa LGTBIQ+ que ignore el racismo, el patriarcado, el capacitismo, la gordofobia, la pobreza, el colonialismo o la neurodivergencia. En Rainbow trabajamos desde una visión amplia y consciente, con espacio para lo múltiple. Mi escritura también parte de ahí: de saber que somos muchas cosas a la vez, y que cada historia merece contarse con toda su complejidad.

Muchos lectores y lectoras de Revista Rainbow encuentran refugio en sus artículos. ¿Qué te gustaría que encontraran en las páginas de este libro?

Un abrazo. Uno de esos que no juzgan, que no dan consejos, que simplemente dicen: “Estoy aquí contigo”. También me gustaría que encontraran palabras que les pongan nombre a cosas que siempre han sentido, pero que nadie les había explicado antes. Y ojalá, también, una chispa. Una pequeña lucecita que les ayude a encender su propio faro.

¿Qué ha sido lo más difícil de escribir un libro tan íntimo como este… y qué ha sido lo más sanador?

Lo más difícil fue no autocensurarme. A veces, cuando sabes que te van a leer, aparece el miedo a no gustar, a parecer demasiado sensible, demasiado contradictorio, demasiado todo. Pero lo sanador fue justo lo contrario: permitirme ser. Escribir sin filtro, con ternura hacia mi propio caos, y descubrir que eso también puede ayudar a alguien más.

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Desde tu experiencia, ¿por qué crees que a muchas personas LGTBIQ+ les cuesta encontrar su lugar en el mundo?

Porque muchas veces el mundo no nos lo ofrece. Porque crecemos sin vernos representadas, sin referentes que nos digan que lo nuestro también vale. Porque hemos aprendido a sobrevivir, pero no siempre a vivir. Y porque estamos demasiado acostumbradas a la culpa. Este libro es, en parte, un gesto de reparación. Una invitación a imaginar otros lugares posibles, empezando por dentro.

Si tu libro pudiera cambiar una sola cosa en quien lo lee, ¿cuál te gustaría que fuera?

Que deje de sentirse un error. Que entienda que no tiene que encajar, que su forma de existir también es válida. Que puede buscar su ikigai sin pedir permiso. Y que lo queer no es solo una etiqueta, sino una forma de construir sentido en este mundo tan caótico como hermoso.

Nuestras preguntas RAINBOW 🌈

¿Quién es tu referente queer y por qué?

Diría Pedro Lemebel. Por su valentía, por su pluma afilada y su voz inquebrantable. Porque hizo del cuerpo marica una trinchera poética. Y porque demostró que se puede ser combativo y profundamente tierno a la vez.

Si tu vida tuviera un lema activista bordado en una camiseta, ¿cuál sería?

“No vine a ser normal, vine a ser inolvidable.”

¿En qué momento te sentiste más libre en tu piel?

La primera vez que me escribí sobre mi historia, y me di cuenta que no la habia vivido solo, que es una historia compartida por millones de personas. Sentí que el cuerpo ya no me pesaba. Que todo lo vivido tenía un sentido. Fue como volver a casa.

¿Con qué súperpoder cotidiano de las personas queer te quedas?

Con nuestra capacidad de reinventarnos una y otra vez. De sobrevivir con estilo. De hacer familia con desconocidas. De bailar en las ruinas con los tacones puestos.

Más allá de su labor como autor o director, Javier Kiniro nos recuerda que lo importante no es encajar, sino habitar. Que el sentido no siempre se encuentra, a veces se crea. Y que ser queer no es solo resistir: también es soñar, sanar, y bailar en medio del caos. El motivo por el que sigo aquí no es solo un libro, es una conversación pendiente, un abrazo de palabras, y una declaración de intenciones. Y como él mismo dice: “No vine a ser normal, vine a ser inolvidable”.

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Julian L.
Julian L.https://revistarainbow.com
Soy periodista porque creo que las noticias deben abrazar a quien nunca tuvo voz. Vivo entre titulares, manifestaciones y cafés compartidos. Me inspiro en Pedro Lemebel, y sueño con haberle entrevistado en otra vida. Mi pluma intenta contar el mundo como podría ser, no solo como es. Dato curioso: Mi récord personal son 12 cafés en un solo día cubriendo el Orgullo… y aquí sigo, vivito y coleando.

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