No todas las familias tienen la misma forma, ni el mismo apellido, ni la misma historia. Y eso está bien. Es más: es necesario visibilizarlo. Por eso, el Ayuntamiento de Elda ha querido celebrar el Día Internacional de las Familias con una jornada de convivencia que va mucho más allá de una simple actividad lúdica. Se trata de un gesto político y pedagógico: reconocer, en el espacio público, la pluralidad de vínculos que conforman nuestras realidades afectivas.
Este 3 de mayo, la plaza Sagasta será el centro de una mañana festiva, inclusiva y con vocación transformadora. Y lo más importante: estará pensada para todas las edades y todos los modelos familiares.
¿Por qué celebrar el Día Internacional de las Familias?
La fecha, establecida por Naciones Unidas, busca destacar la importancia de la familia como núcleo básico de la sociedad. Pero el enfoque tradicional, centrado en el modelo nuclear cisheterosexual, ha dejado fuera durante años a muchas realidades: familias homoparentales, familias trans, familias reconstituidas, adoptivas, monomarentales, elegidas… y un largo etcétera.
Por eso, celebraciones como la de Elda no solo son necesarias, sino urgentes. Porque reivindicar la diversidad familiar es reivindicar también el derecho a existir sin explicaciones.
Actividades para convivir, jugar y reflexionar
Entre las 11:00 y las 14:00 h, la plaza se llenará de vida con propuestas diseñadas para disfrutar en grupo y compartir experiencias. Estas son algunas de las actividades previstas:
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Animación infantil y juegos en igualdad
- Advertisement -Actividades lúdicas que fomentan la cooperación y el respeto desde la infancia, sin roles de género impuestos.
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Pintacaras y rincón creativo
Un espacio para dejar volar la imaginación, sin importar si les peques quieren pintarse mariposas, dragones o estrellas arcoíris.
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Cuentacuentos “Familias de corazón”
A las 12:30 h, en la calle Antonino Vera, se celebrará este cuentacuentos inclusivo que reflexiona sobre los vínculos más allá de la sangre o el apellido, en clave emocional, divertida y educativa.
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Convivencia final en el Parque de San Crispín
Allí, la Asociación Iris organizará una comida comunitaria con paella gigante y animación para toda la familia elegida o de origen.
Un evento que nace desde un marco más amplio
Esta jornada se enmarca dentro del I Plan LGTBIQ+ de Elda y del III Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, lo que demuestra que no es un acto aislado, sino parte de una estrategia municipal más amplia por la inclusión, la equidad y la diversidad real.
Las concejalas María Gisbert (Igualdad y Mujer) y Anabel García (Diversidad) han subrayado la importancia de estas acciones para generar espacios de encuentro que no solo celebren, sino que también eduquen y transformen.
¿Por qué tiene sentido hablar de familia en plural?
A menudo nos cuesta soltar la idea de que familia es solo una cosa: una figura legal, una estructura cerrada, algo dado. Pero en realidad, las familias son redes afectivas que se construyen, se cuidan y se reinventan.
En el contexto LGTBIQ+, esta visión ampliada es clave. Porque no todes hemos tenido una familia de origen que nos aceptara. Y muchas veces, las familias elegidas, compuestas por amistades, parejas, compañeres de piso o redes de cuidado, han sido nuestro verdadero sostén.
Cuando un Ayuntamiento celebra esta diversidad, está validando esas formas de vida. Está diciendo: “también sois parte”. Y eso, a nivel simbólico, tiene un impacto enorme.
¿Qué mensajes se transmiten con este tipo de eventos?
Este tipo de jornadas mandan un mensaje claro a la ciudadanía:
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Que la infancia tiene derecho a crecer viendo diversidad y no solo una única forma de amor o crianza.
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Que el espacio público también pertenece a las familias queer, trans, racializadas o no normativas.
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Que la inclusión no es solo un discurso, sino una práctica cotidiana que se construye desde lo concreto: una plaza, un cuento, una conversación.
⚠️ Una mirada crítica: ¿son estos actos suficientes?
Aunque estas iniciativas son necesarias, también es importante reflexionar sobre sus límites. ¿Qué pasa cuando la visibilidad se queda solo en lo simbólico? ¿Y si las acciones institucionales no van acompañadas de recursos reales, formación continua o políticas sostenidas?
La diversidad no puede ser solo un eslogan para fotos bonitas. Debe traducirse en presupuestos, acompañamiento psicológico, educación afectivo-sexual en los colegios, atención sanitaria respetuosa y protección legal para todas las familias.
Celebrar está bien. Pero también hay que sostener.
Elda como ejemplo… ¿y los demás?
No todos los municipios se atreven a hacer este tipo de propuestas. Algunos temen la reacción de ciertos sectores conservadores. Otros prefieren pasar desapercibidos. Por eso es importante visibilizar cuando se hacen bien las cosas.
Lo de Elda es un ejemplo de cómo desde lo local se puede hacer mucho. Y de cómo crear comunidad también es plantar una semilla para un futuro más justo.
Que ojalá no sea solo una vez al año. Que ojalá se multiplique. Que ojalá inspire.