Una decisión inesperada deja en el aire varios actos clave del Orgullo LGTBIQ+ en Vallecas
A escasos días del inicio del Orgullo Vallekano, la Junta Municipal de Puente de Vallecas ha comunicado la retirada de los apoyos técnicos y materiales que permiten la celebración de varios de sus eventos más significativos. El aviso, recibido sin previo aviso formal ni justificación técnica clara, afecta directamente al Tetafest —una cita festiva y reivindicativa del colectivo LGTBIQ+— y a los conciertos que tradicionalmente cierran la manifestación anual por los derechos de la comunidad.
Desde el colectivo Orgullo Vallekano, organizador de las actividades, interpretan la medida como una decisión política más que técnica. Aseguran que el evento llevaba meses incluido en el calendario oficial de fiestas del distrito y contaba con el visto bueno verbal de la Junta hasta hace apenas unas semanas. Pero todo cambió el pasado 20 de mayo, cuando recibieron un correo electrónico en el que se les informaba de que no contarían con escenario, sonido, iluminación, baños ni ningún tipo de infraestructura pública. Sin explicaciones claras.
¿Una cuestión administrativa o un gesto político?
El Ayuntamiento de Madrid, por su parte, sostiene que la autorización fue “inadmitida” debido a errores en la forma de solicitarla. Según fuentes municipales, la organización presentó el 12 de mayo una instancia para celebrar las actividades en el parque de la calle Diligencia, pero no acompañó la documentación con una solicitud de licencia temporal de actividad, como establece la normativa vigente.
Tres días más tarde —afirman desde el consistorio— se les informó del procedimiento correcto. Sin embargo, el colectivo presentó la solicitud completa el día 19, fuera de plazo. Desde el Ayuntamiento insisten en que no se trata de una censura, sino del cumplimiento estricto de los trámites.
El barrio responde: solidaridad frente a la incertidumbre
Frente a este escenario, la respuesta vecinal no se ha hecho esperar. Desde Orgullo Vallekano aseguran que, pese a la retirada del respaldo institucional, el Tetafest seguirá adelante. Lo hará gracias al apoyo del vecindario y de las redes de solidaridad que ya están trabajando para cubrir la logística. “No es la primera vez que organizamos sin recursos públicos, pero es indignante que tengamos que hacerlo por una decisión tan arbitraria”, denuncian desde el colectivo.
No ocurre lo mismo con los conciertos de cierre del Orgullo, cuya realización sigue en duda debido a la complejidad técnica y legal que implica organizar un evento de ese tamaño sin ayuda municipal.
¿Un caso aislado o una tendencia preocupante?
Desde la organización apuntan que esta situación no es nueva. Aseguran que la Junta Municipal está desmantelando progresivamente los espacios de participación comunitaria. Citan como ejemplos recientes la cancelación de la tradicional paella republicana del Ateneo, las fiestas de La Villana o la falta de recursos para otras actividades populares del barrio.
Además, vinculan la retirada del apoyo al Orgullo Vallekano con una protesta organizada el pasado 18 de mayo frente a la participación de una autora señalada por sus discursos transfóbicos en la Feria del Libro de Vallecas. “Fue una cacerolada pacífica. Dos días después, nos quitaron los recursos”, apunta Ana, portavoz del colectivo. “No se trata solo del Orgullo. Es una forma de castigar cualquier forma de organización popular que se salga del marco institucional”.
¿Neutralidad o control institucional?
La línea entre la gestión técnica y la intervención política no siempre es fácil de trazar. ¿Puede una administración pública retirarse de apoyar una celebración comunitaria ya aprobada sin generar sospechas? ¿Qué margen hay para el disenso vecinal en el uso del espacio público? Aunque desde el Ayuntamiento insisten en que no hay motivaciones ideológicas, la percepción en el barrio es otra.
Este caso invita a reflexionar sobre hasta qué punto la burocracia puede convertirse en un arma de control. Y también sobre qué papel debe jugar lo público en la protección de los derechos y la expresión libre de sus ciudadanes, especialmente de quienes históricamente han sido excluides.
Una mirada crítica: ¿estamos ante una censura encubierta?
Aunque el Ayuntamiento asegura haber seguido los procedimientos establecidos, el momento y las circunstancias de esta retirada generan dudas razonables. ¿Se trata solo de una cuestión administrativa o estamos ante una forma velada de censura institucional? Algunas voces del distrito apuntan a una estrategia deliberada de debilitamiento del tejido vecinal y LGTBIQ+ más incómodo para las autoridades. Otras señalan que podría tratarse de una torpeza burocrática, pero igualmente lesiva. Sea como sea, la falta de transparencia y la arbitrariedad percibida erosionan la confianza entre instituciones y ciudadanía.