Cada 1 de diciembre, el mundo se viste de rojo para conmemorar el Día Mundial del Sida. Pero para nosotres, la comunidad LGTBIQ+, esta fecha no es una simple efeméride. Es una cicatriz profunda en nuestra historia, un recordatorio agridulce de una plaga que nos golpeó de frente y que, a pesar de los avances milagrosos, aún no ha terminado. Es un día para recordar a quienes perdimos, sí, pero sobre todo, es un día para despertar y darnos cuenta de que la lucha aún exige nuestra voz más alta y contundente.
El Legado que Nos Moldea
No podemos hablar del VIH/Sida sin hablar de la negligencia institucional, del pánico moral y del estigma que acompañaron sus primeros brotes. A quienes vivieron esa época, a nuestros mayores, les arrebataron años, sueños y, a veces, la dignidad. La respuesta lenta y la homofobia estructural convirtieron una crisis sanitaria en una masacre social, estigmatizando a toda una generación y, por extensión, a toda nuestra comunidad LGTBIQ+.
Hoy, gracias a la ciencia, la infección por VIH ya no es una sentencia. Las terapias antirretrovirales han transformado el pronóstico: una persona con VIH bajo tratamiento efectivo (indetectable) no puede transmitir el virus (Indetectable = Intransmisible, o I=I). Esto es un triunfo que celebramos con lágrimas de gratitud. Sin embargo, este conocimiento no ha permeado a toda la sociedad. El estigma sigue siendo nuestro peor enemigo.
Los Pilares de Nuestra Lucha Actual
Nuestra agenda como comunidad LGTBIQ+ debe ser clara y no negociable. La prevención y el tratamiento son fundamentales, pero también lo son la educación y la abolición total del prejuicio.
- Acceso y Educación: Debemos garantizar que herramientas como la PrEP (Profilaxis Preexposición) sean accesibles, visibles y normalizadas para todes les que las necesiten. La educación sexual integral, libre de prejuicios, es la primera línea de defensa.
- Derribar el Estigma: El miedo al VIH se alimenta de la ignorancia. Necesitamos contar nuestras historias, humanizar la experiencia y desterrar mitos. Llevar una vida plena, amar y tener relaciones sexuales es completamente posible con VIH.
- Memoria Activa: Honrar la memoria no es solo poner un lazo rojo, es tomar el relevo. Es reconocer que cada derecho que hoy disfrutamos, cada avance en la salud sexual, fue conquistado por quienes lucharon durante la crisis del Sida.
Vivimos en la era de la información, de los avances científicos que rozan la ciencia ficción, pero la inequidad sigue marcando la diferencia entre la vida y la muerte en muchas partes del mundo.
Te pregunto, lectora, lector, lectore: ¿Estamos haciendo suficiente para desmantelar el estigma dentro de nuestras propias burbujas sociales? ¿Estamos tan cómodes con el concepto de I=I que hemos bajado la guardia en la lucha por la empatía? ¿Hemos transformado la memoria de la crisis del Sida en una acción política cotidiana, o se ha quedado solo como un recuerdo anual?
El 1 de diciembre no es un final, es un punto de inflexión. Es el día para reafirmar que nadie debe sentirse solo, avergonzado o condenado por su condición. Nuestro punto de vista es este: la próxima generación debe heredar un mundo donde la lucha contra el VIH no sea contra el virus, sino contra la discriminación. Y ese trabajo comienza hoy, en cada conversación, en cada acto de información, en cada abrazo sin miedo.


