UGT Servicios Públicos ha decidido dar un paso firme en la defensa de los derechos laborales del colectivo LGTBIQ+ con motivo del Día Internacional del Orgullo 2025. Y lo hace con dos herramientas que no solo pretenden quedarse en el papel: buscan transformar, desde dentro, las condiciones laborales de las personas LGTBIQ+ en el ámbito público.
Se trata de los “Protocolos para el desarrollo de los derechos LGTBI en los servicios públicos” (Descarga aquí) y una “Guía de recomendaciones para la negociación de Planes LGTBI” (Descarga aquí). Dos materiales distintos pero complementarios, que quieren traducir leyes en realidades tangibles en nuestros centros de trabajo.
Un contexto que sigue doliendo: miedo y discriminación
Según el informe Hacia centros de trabajo inclusivos publicado por el Área Confederal LGTBI de UGT en 2023, el 40% de las personas trans ocultan su identidad en entrevistas de trabajo. ¿El motivo? Temor a perder oportunidades, sufrir comentarios, discriminación o incluso despidos. Nada nuevo, tristemente.
Y aunque se han logrado avances legales, la realidad nos recuerda que la igualdad formal no siempre es igualdad real. La inclusión no puede depender únicamente de buenas intenciones.
Avances normativos: necesarios, pero no suficientes
La Ley 4/2023 para la igualdad de las personas trans y la garantía de los derechos de las personas LGTBIQ+, y el Real Decreto 1026/2024, que regula medidas de igualdad en empresas, suponen un importante respaldo jurídico. La ley ya menciona el ámbito laboral en su artículo 15, lo que es un logro. Pero la pregunta es: ¿llega a todos los rincones de la administración pública?
Desde UGT Servicios Públicos, la apuesta es clara: traducir ese marco legal en acciones concretas, en medidas que se discutan y se apliquen en convenios, protocolos y formaciones. Y sobre todo, en decisiones que generen cambios reales.
¿Qué aportan estos dos nuevos materiales?
Los documentos presentados tienen un objetivo ambicioso pero urgente: pasar del papel a la práctica. Porque tener derechos es solo el primer paso; poder ejercerlos sin miedo es lo que marca la diferencia.
1. Protocolos para el desarrollo de derechos LGTBI en los servicios públicos
Establecen líneas claras de actuación para prevenir la discriminación y fomentar espacios laborales seguros y respetuosos. Están pensados para aplicarse en todo tipo de entornos públicos, desde ayuntamientos hasta hospitales.
2. Planes LGTBI: Guía para la negociación
Es un material práctico que acompaña a quienes negocian condiciones laborales, ayudándoles a incluir cláusulas específicas para proteger y visibilizar a las personas LGTBIQ+ en los convenios colectivos y planes de igualdad.
Ambos documentos están pensados no solo para delegades sindicales, sino también para cualquier persona comprometida con la defensa de los derechos LGTBIQ+ en su entorno laboral.
¿Y si no todo fuera tan sencillo?
Ahora bien, aunque estos pasos son valiosos, no está de más mirar con espíritu crítico. ¿Qué pasa si la aplicación de estos protocolos se convierte en un trámite simbólico más? ¿Cómo garantizamos que se cumplan realmente en territorios o sectores donde aún hay resistencias? Además, existe el riesgo de que estos avances queden atrapados en una estructura burocrática lenta y poco receptiva al cambio social.
Las buenas prácticas existen, sí, pero también hay que hablar de lo difícil que es mantenerlas en el tiempo sin una supervisión continua y sin una apuesta clara desde los puestos de poder.
Porque la lucha sigue (también en el trabajo)
La visibilidad, la seguridad y el respeto no deberían depender del tipo de contrato o del departamento en el que trabajas. Por eso, más allá de leyes y guías, es necesario un cambio cultural profundo. Un cambio que solo puede construirse con formación, diálogo y mucha voluntad política.
Desde Rainbow, celebramos este tipo de iniciativas, pero también animamos a nuestres lectores a preguntarse: ¿Qué puedo hacer yo en mi centro de trabajo para contribuir a un entorno más inclusivo?