El Ayuntamiento de Alicante ha iniciado los trámites para adherirse al protocolo autonómico que promueve entornos seguros y libres de discriminación hacia el colectivo LGTBIQ+.
El Ayuntamiento de Alicante ha anunciado su intención de sumarse al protocolo «Espacio Libre de LGTBIQ+fobia», impulsado por la Generalitat Valenciana. La propuesta, que se debatirá en la próxima Junta de Gobierno Local, busca visibilizar el compromiso institucional con la diversidad, la inclusión y el respeto hacia las personas LGTBIQ+.
Este protocolo se enmarca dentro de la Ley estatal de igualdad para las personas LGTBIQ+ y tiene como propósito identificar espacios que promuevan la seguridad, la convivencia y el rechazo explícito a cualquier forma de discriminación basada en la orientación sexual, la identidad o la expresión de género.
¿Qué implica este protocolo?
La adhesión al protocolo no es solo un gesto simbólico. Conlleva una serie de compromisos institucionales, tanto visibles como internos. El Ayuntamiento deberá difundir activamente los principios del acuerdo, tanto entre la ciudadanía como entre su propio personal, utilizando para ello medios presenciales y digitales.
Además, el consistorio se compromete a actuar con rapidez y responsabilidad ante cualquier acto de LGTBIQ+fobia detectado o denunciado en el entorno municipal. Esto incluye la puesta en marcha de campañas de concienciación y formación, la promoción de una cultura basada en el respeto y la igualdad, y el fortalecimiento de mecanismos de prevención y denuncia.
Según Begoña León, concejala de Bienestar Social, esta adhesión representa un paso más hacia “políticas públicas que impulsen la igualdad y la diversidad, independientemente de la identidad, la expresión de género o la orientación sexual”.
Este tipo de protocolos son importantes. Visibilizan una voluntad institucional y ofrecen un marco de actuación que puede servir de guía para mejorar la convivencia y prevenir agresiones. Pero también hay que preguntarse: ¿es suficiente con adherirse a un protocolo para garantizar espacios realmente seguros?
Numerosas organizaciones LGTBIQ+ advierten que muchos municipios firman acuerdos sin asignar recursos concretos para su implementación. Otros lo hacen sin acompañarlos de planes de formación específicos o canales accesibles para la denuncia de agresiones. ¿Puede una pegatina de “Espacio libre de LGTBIQ+fobia” en una fachada cambiar lo que ocurre dentro de las instituciones o en la calle?
Reconocer públicamente el valor de la diversidad es clave, sobre todo en tiempos en los que los discursos de odio ganan presencia en algunos sectores sociales y políticos. Sin embargo, el verdadero reto está en el día a día: en cómo se atiende a una persona trans en un servicio público, en si una pareja del mismo sexo se siente segura paseando por la ciudad o en si las víctimas de agresiones LGTBIQ+fóbicas encuentran un respaldo firme y eficaz por parte de las instituciones.
La adhesión de Alicante al protocolo es una oportunidad. Pero solo si se acompaña de medidas concretas, presupuestos, formación continua y, sobre todo, escucha activa al colectivo. Porque los espacios seguros no se crean por decreto. Se construyen entre todes.