El escritor Alejandro Monreal Landete, originario de Hellín (Albacete) y residente en Valencia, presenta su segunda novela: Hijos de la luna. Tras el éxito de su debut con El camino inesperado, una historia coming of age con guiños claros a Love, Simon o Heartstopper, el autor apuesta ahora por una narrativa más oscura, cargada de simbolismo, dolor y belleza. Esta vez, de la mano de la editorial canaria Siete Islas.
Un bosque, un muchacho, y una acusación inquietante
Hijos de la luna nos sitúa en el reino de Aragón, donde Brun, un joven aprendiz de escultor con raíces humildes, emprende un viaje junto a su maestro. Lo que empieza como una historia de crecimiento artístico se transforma en algo mucho más complejo cuando Brun pierde el conocimiento en un bosque y, al despertar, es acusado de estar poseído por el demonio. No hay juicios, no hay explicaciones. Solo miedo. Y la amenaza inminente de la Santa Inquisición.
Desde este punto, la historia se sumerge en una mezcla de realismo mágico y drama histórico, donde lo sobrenatural se entrelaza con las opresiones muy reales de la época. Monreal juega con lo fantástico sin abandonar el tono humano. Porque aunque hay hadas del bosque y hechizos, lo que realmente pesa es la sospecha, la exclusión y la necesidad de resistir.
Personajes que habitan los márgenes
El elenco que acompaña a Brun en su viaje es tan diverso como simbólico: un grupo de leprosos que vive fuera del sistema, un sanador que desafía las normas médicas, un amor inesperado que crece en medio de la persecución, y una criatura del bosque que parece más empática que cualquier autoridad eclesiástica. Aquí nadie es del todo bueno o malo, y esa complejidad es una de las virtudes de la novela.
El libro no solo plantea preguntas sobre el bien y el mal, sino también sobre el deseo, la libertad, y el derecho a existir fuera de lo que dicta la norma. Sin grandes discursos ni panfletos, Monreal va desmenuzando esos temas con una prosa sencilla pero cuidada, que deja espacio para el asombro y la emoción.
Alejandro Monreal: contar historias desde los márgenes
Nacido en 1983, Monreal es licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universitat de València y ha desarrollado buena parte de su carrera en el mundo del 3D y la animación. Ha trabajado como CFX Supervisor en producciones como Buffalo Kids de Pedro Solís y Juan Jesús García Galocha, así como en populares series animadas (Bloopies, Cry Babies, VipPets). Pero a pesar de ese perfil técnico, nunca ha dejado de escribir. Y eso se nota.
Desde cortos como Kansas —seleccionado en festivales internacionales como BFI Flare, LesGaiCineMad o el Mardi Gras Film Festival en Sídney— hasta cómics publicados en la revista Exégesis, su obra siempre ha explorado la vulnerabilidad, la diversidad y los vínculos afectivos desde una mirada que evita los clichés. Con Hijos de la luna, da un paso más allá: abraza lo fantástico, sí, pero también lo político.
