El otoño llega cargado de titulares que ponen el foco en cómo la representación LGTBIQ+ avanza y en algunos casos retrocede en distintas industrias culturales. Cine, videojuegos y nuevas producciones se entrelazan para mostrarnos el pulso de la diversidad tanto en la pantalla grande como en los mandos de consola.
Un informe reciente de GLAAD encendió las alarmas al revelar que la representación LGTBIQ+ en películas de los grandes estudios cayó en 2024 hasta un 23,6 %, frente al 27,3 % del año anterior. Aún más preocupante es que los personajes trans prácticamente desaparecieron de las producciones analizadas, reducidos a apenas dos apariciones cuestionables por su casting o tratamiento estereotipado. La buena noticia es que, por primera vez, hubo un equilibrio entre personajes masculinos y femeninos dentro de la representación LGBQ, aunque el reto sigue siendo pasar de cameos y papeles secundarios a narrativas donde la diversidad sea realmente protagonista.
Mientras tanto, los videojuegos marcan la diferencia.
Dragon Age: The Veilguard se alzó este año con el galardón de Game of the Year en los Gayming Awards 2025 y fue reconocido por la creación de Rook, un personaje principal cuya identidad puede adaptarse a distintas expresiones, incluidas las no binarias. El título no solo ha conquistado a crítica y público por su jugabilidad, sino por demostrar que la inclusión no es un añadido decorativo, sino parte de la experiencia, del mundo narrativo y de la libertad que sienten los jugadores al reconocerse en pantalla.
En el panorama nacional, la producción de cine LGTBIQ+ sigue creciendo y diversificándose.
Películas como Este cuerpo mío, La misteriosa mirada del flamenco o el rescate de Vestida de azul ofrecen relatos que van más allá del cliché, explorando desde memorias trans hasta amistades queer en clave contemporánea. Además, ya hay una lista de estrenos muy esperados para 2025 que confirma el interés de la audiencia por historias diversas y originales. La buena noticia es que, en España, el cine LGTBIQ+ no se limita a festivales: cada vez tiene más espacio en salas y plataformas de streaming, llegando a públicos más amplios.
Lo que muestran estas tendencias es que la representación queer sigue siendo un terreno en disputa. El cine comercial todavía se resiste a dar pasos firmes, mientras que los videojuegos sorprenden con propuestas inclusivas y el cine español busca consolidar una voz propia en el panorama internacional. La diversidad ya no es una excepción: es parte del presente cultural. Y la pregunta no es si debe estar, sino cómo asegurarnos de que esté mejor representada, con más voces, más matices y más autenticidad.
En Rainbow seguiremos celebrando los logros, señalando los retrocesos y acompañando cada avance, porque contar nuestras historias es también una forma de existir, resistir y brillar.