España da un primer paso para incluir una tercera opción en el DNI
Las personas no binarias en España podrían estar un poco más cerca de ver reconocida su identidad de forma legal. El grupo parlamentario Sumar ha registrado en el Congreso una proposición de ley que busca incluir una tercera casilla de género —distinta de “hombre” y “mujer”— en documentos oficiales como el DNI o el pasaporte.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, este movimiento político marca un momento clave en la lucha por los derechos de las identidades no binarias e intersexuales. En Revista Rainbow te explicamos qué implica esta propuesta, por qué es importante y cómo se compara con lo que ocurre en otros países.
¿Qué es una persona no binaria?
Antes de entrar en materia, pongamos un poco de contexto. Las personas no binarias son aquellas que no se identifican exclusivamente como hombres o como mujeres. Algunas sienten que su identidad de género está entre ambos polos, otras que fluctúa, y algunas que simplemente no encajan en ese sistema binario.
Esta vivencia no es nueva ni exclusiva del siglo XXI, pero sigue sin estar reflejada en los marcos legales de la mayoría de los países. En España, por ejemplo, el cambio registral de género en el DNI es posible desde 2007, pero únicamente dentro del binomio hombre/mujer.
¿Qué propone esta nueva ley?
La propuesta de ley registrada por Sumar plantea dos medidas principales:
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Incluir una tercera opción de género en el Registro Civil y, por tanto, en documentos como el DNI y el pasaporte. Esta opción podría etiquetarse como “X”, “no binaria” o bajo otra fórmula que respete la autodeterminación.
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Prohibir las intervenciones médicas no consentidas en personas intersexuales, especialmente durante la infancia, una demanda histórica de los colectivos.
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Según el texto presentado, la intención es reconocer la existencia de realidades fuera del binarismo y acabar con la violencia estructural que muchas personas sufren por no encajar en las categorías tradicionales.
Una deuda pendiente con la diversidad
Aunque España ha sido pionera en algunos avances LGTBIQ+ —como el matrimonio igualitario en 2005 o la reciente Ley Trans de 2023—, lo cierto es que las identidades no binarias han quedado en un limbo legal.
La ley actual reconoce el derecho a cambiar de nombre y sexo en el Registro Civil sin necesidad de informes médicos, pero solo si el cambio se realiza dentro del binomio masculino/femenino. Es decir: puedes pasar de “hombre” a “mujer” o viceversa, pero no puedes optar por un marcador neutral o no binario.
Esta exclusión deja fuera a una parte significativa de la comunidad, generando situaciones de disforia, invisibilización y discriminación institucional. En palabras de activistas como Mar Cambrollé, “sin reconocimiento legal, no hay derechos efectivos”.
¿Cómo afecta esto a la vida real?
No contar con un reconocimiento oficial puede parecer un detalle burocrático, pero tiene un impacto directo en la vida cotidiana de las personas no binarias:
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Tener un DNI con un género que no se corresponde con su identidad puede exponerles a outing forzado.
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Puede dificultar el acceso a la atención sanitaria respetuosa con su identidad.
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Les obliga a elegir constantemente entre opciones que no les representan (formularios, oposiciones, seguros, etc.).
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Contribuye a una sensación constante de invalidez social.
Por eso, contar con un marcador legal no binario no es un capricho identitario: es una cuestión de derechos humanos.
¿Y qué pasa con las personas intersexuales?
La propuesta también incluye una reivindicación urgente: prohibir las cirugías no consentidas a bebés intersexuales. En muchos hospitales, cuando un recién nacido no encaja claramente en los parámetros binarios, se toman decisiones médicas irreversibles sin esperar a que la persona pueda expresar su identidad.
Esta práctica, que ha sido denunciada por organismos como la ONU o Amnistía Internacional, se considera una forma de mutilación y de violencia estructural. España todavía no tiene una legislación clara al respecto, algo que la ley propuesta por Sumar intenta solucionar.
¿Qué dicen los partidos y el gobierno?
Por ahora, el texto presentado no cuenta con apoyos confirmados más allá del propio grupo proponente. Desde el PSOE se han mostrado abiertos al debate, aunque con cautela. La oposición más conservadora ya ha lanzado críticas predecibles bajo el argumento de que se “desdibuja el concepto de género”.
Mientras tanto, el Ministerio de Igualdad aún no ha emitido un posicionamiento firme. Pero lo que sí parece claro es que el debate ha llegado para quedarse.
¿Otros países ya lo han hecho?
Sí, y no son pocos. Algunos ejemplos:
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Alemania, Argentina y Países Bajos permiten marcar una tercera opción (“diverso” o “X”) en sus registros.
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Canadá y Estados Unidos ofrecen en algunos estados la opción de género no binario en el pasaporte.
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Nueva Zelanda y Australia fueron pioneros en implementar cambios similares.
España llega tarde, pero aún está a tiempo de colocarse en el lado correcto de la historia.
Un paso, no la meta
Desde los colectivos LGTBIQ+ se ha celebrado el registro de esta ley como una victoria simbólica, pero también se recuerda que el reconocimiento legal no resuelve todos los problemas. Es solo un primer paso hacia una sociedad donde las identidades no normativas no tengan que justificarse constantemente.
Mientras tanto, la comunidad no binaria sigue resistiendo, visibilizando y construyendo espacios donde existir sin miedo. Porque más allá de la casilla en el DNI, lo que está en juego es el derecho a vivir con dignidad.
¿Y tú, qué opinas? ¿Crees que España debería reconocer el género no binario de forma legal?