En pleno 2025, aún hay gestos cotidianos que desatan reacciones que nos recuerdan cuánto queda por avanzar. Esto es lo que vivió una pareja de mujeres en Licán Ray, al sur de Chile, cuando fueron expulsadas de la cafetería Il Golosso simplemente por darse un beso mientras esperaban su pedido.
El hecho ocurrió el pasado domingo 27 de julio y ha generado indignación tanto en redes sociales como entre organizaciones defensoras de los derechos LGTBIQ+. El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) fue uno de los primeros en denunciar públicamente lo sucedido, calificándolo como un caso claro de discriminación por orientación sexual.
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“Aquí no se permite ese tipo de conductas”
Según el relato de una de las afectadas, todo ocurrió en cuestión de segundos. “Nos dimos un pequeño beso, un piquito, sin ánimo de incomodar a nadie. Fue algo natural”, explicó. Sin embargo, el dueño del local reaccionó de manera abrupta: se acercó directamente a la mesa, y con tono hostil, les comunicó que en su local no se permitía «ese tipo de conductas». Luego ordenó a su pareja que no las atendiera.
Más allá del rechazo explícito, el contexto también fue tenso desde el primer momento. La afectada relató que el ambiente en el local ya era incómodo y que incluso se sintieron violentadas al presenciar cómo el mismo propietario trataba de forma agresiva a su compañera frente a otres clientes.
¿Qué dice la ley en estos casos?
En Chile, tanto la Ley Zamudio como la Ley del Consumidor prohíben actos de discriminación basados en orientación sexual. Negar un servicio por este motivo no solo es una falta de respeto, sino también una violación directa a los derechos fundamentales de las personas.
Desde el Movilh lo tienen claro: “Expulsar a una pareja lésbica por expresar su afecto es una humillación gratuita y está penado por ley. Animamos a las afectadas a presentar una denuncia formal y a exigir disculpas públicas. No se puede seguir tolerando este tipo de políticas homofóbicas”.
Un caso más… ¿o una oportunidad para actuar?
Este incidente se suma a una larga lista de situaciones similares que afectan a la comunidad LGTBIQ+ en espacios públicos y privados. ¿Hasta cuándo se seguirán normalizando estos actos bajo la excusa del “decoro” o las “normas del local”?
Desde redes sociales, el impacto no se hizo esperar. Cientos de usuaries han expresado su repudio al actuar del dueño de Il Golosso y han comenzado a promover un boicot contra el establecimiento. Algunos piden no solo sanciones legales, sino también una reflexión colectiva sobre lo que implica realmente el respeto en espacios compartidos.
Visibilidad, resistencia y derecho a existir
Dar un beso, tomar la mano de quien se ama, mostrarse tal cual une es… ¿realmente eso debería ser un acto de valentía? Para muchas personas LGTBIQ+, todavía lo es. Y este tipo de episodios son prueba de que la visibilidad sigue siendo incómoda para algunes, pero absolutamente necesaria para todes.
Aún no se sabe si la pareja afectada formalizará la denuncia ante las autoridades. Pero más allá de eso, este caso pone sobre la mesa una pregunta importante: ¿qué estamos haciendo, como sociedad, para garantizar que el respeto no sea una excepción, sino la norma?