Cada 14 de junio se celebra en el Estado español el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, reconociendo oficialmente a la Lengua de Signos Española (LSE) y a la Lengua de Signos Catalana (LSC).
Un día que no se grita, pero que se firma. Un día que visibiliza una forma de comunicar que no necesita voz para ser potente.
Y, sin embargo, sigue siendo invisibilizado por gran parte de la sociedad.
Este artículo es una invitación a mirar (y no solo oír) la diversidad desde otro ángulo: uno donde lo lingüístico, lo sensorial, lo identitario y lo queer se cruzan.
🖐 ¿Qué celebramos el 14 de junio?
El 14 de junio de 1936 nació Félix-Jesús Pinedo, figura clave en el movimiento asociativo de personas sordas en España. En su honor, se eligió esta fecha para conmemorar la lucha y el reconocimiento de las lenguas de signos.
Este día reivindica:
- La oficialidad y uso libre de la LSE y la LSC.
- El derecho de las personas sordas a acceder a la información, la educación y la cultura en su lengua.
- La defensa de una identidad lingüística y cultural que no siempre se ha valorado como se merece.
Y aunque hay avances (como la Ley 27/2007 o la inclusión de intérpretes en algunos actos públicos), la lengua de signos sigue sin estar plenamente garantizada en sanidad, justicia, educación o medios de comunicación.
👁 Diversidad que se expresa con las manos
Las lenguas de signos no son mímica ni traducciones literales del español o del catalán.
Son lenguas completas, con gramática, sintaxis, léxico y variaciones dialectales propias.
Y sobre todo, son lenguas que estructuran la forma de pensar, sentir, crear y vivir de quienes las usan.
Para muchas personas sordas, la LSE o la LSC no es una herramienta: es una parte inseparable de su identidad.
Y reconocer eso es reconocer una comunidad cultural y lingüística que ha sido históricamente marginada.
🏳️🌈 ¿Y qué tiene que ver esto con la diversidad LGTBIQ+?
Mucho más de lo que se piensa.
💥 Doble discriminación
Una persona sorda LGTBIQ+ puede enfrentarse a la invisibilidad por partida doble: por no ajustarse a la norma oyente, y por no ajustarse a la norma cishetero.
¿Dónde están las personas sordas en los espacios queer? ¿Y las personas LGTBIQ+ en los entornos de la comunidad sorda?
💬 Barreras comunicativas
Muchos recursos del colectivo LGTBIQ+ no están disponibles en lengua de signos.
Ni las campañas de salud sexual, ni las charlas sobre identidad de género, ni los contenidos culturales inclusivos suelen tener intérprete o estar adaptados.
Y eso deja fuera a muchas personas.
✨ Espiritualidad, cuerpo, deseo
En lengua de signos, el cuerpo es la herramienta principal de comunicación. Y eso genera una relación distinta con el género, la expresión, el deseo.
Para muchas personas queer sordas, firmar su identidad es también una forma de empoderarse desde lo físico, lo visible y lo simbólico.
🧠 Lengua, identidad e interseccionalidad
Reconocer las lenguas de signos como lenguas propias no es solo una cuestión de accesibilidad. Es también una cuestión de derechos culturales, de reconocimiento simbólico y de justicia lingüística.
Y desde una perspectiva interseccional, es urgente:
-
Incorporar la lengua de signos en los espacios feministas, queer, antirracistas y diversos.
-
Garantizar que las personas sordas no sean tratadas como menores o como eternamente “dependientes”.
-
Evitar que el capacitismo, el monolingüismo y la LGTBIQ+fobia se crucen para excluir a quienes viven varias identidades a la vez.
🔎 Reflexión crítica: ¿y si el propio colectivo LGTBIQ+ también es excluyente?
Es duro decirlo, pero necesario.
Muchos eventos, charlas, publicaciones o fiestas queer no tienen en cuenta la accesibilidad.
No hay intérprete, no hay subtítulos, no hay apoyo visual, no hay información clara.
Y eso lanza un mensaje implícito: “si no entiendes, no es tu lugar”.
¿Estamos dispuestes a revisar nuestros privilegios auditivos?
¿Nos preguntamos por la inclusión más allá de la bandera multicolor?
🤲 ¿Cómo podemos acompañar desde fuera?
Aquí algunas claves para celebrar este día (y el resto del año) desde el compromiso:
✅ Usa tus manos: aprende lo básico
Aprender los saludos, colores o pronombres en LSE o LSC no cambia el mundo, pero sí puede abrir una conversación con alguien que no suele ser escuchade.
✅ Exige accesibilidad real
En tu trabajo, centro cultural o evento LGTBIQ+, pide intérprete, subtítulos o lectura fácil. No es un lujo. Es un derecho.
✅ Apoya a creadores sordos y queer
Sígueles en redes, difunde sus contenidos, asiste a sus charlas. Hay activistas, artistas y comunicadores increíbles que firman, y lo hacen con fuerza.
✅ Pregunta antes de asumir
No todas las personas sordas usan lengua de signos. Y no todas quieren ser visibilizadas públicamente. La accesibilidad empieza por la escucha.
📣 Conclusión: nuestras lenguas también son nuestras luchas
Hablar, firmar, escribir, crear.
Todas son formas de existir.
Y en el caso de las lenguas de signos, también son formas de resistir.
Este 14 de junio no es solo una efeméride más. Es un recordatorio de que hay muchas maneras de habitar el lenguaje, y que todas merecen espacio, respeto y visibilidad.
Porque las manos también cuentan historias.
Y si aprendemos a mirar, descubriremos todo lo que llevan años intentando decirnos.