La cara de Matt pedía que le prestara toda la atención inmediatamente. Ni siquiera me dejó deshacer la mochila donde llevaba la ropa que él mismo había dado a Jason para que pudiera pasar la noche con él. Una de las mejores noches de mi vida.
- Me estás asustando – le dije.
Nos sentamos en la cocina. Le costaba hablar. Supongo que nunca es fácil empezar a dar una mala noticia. Pasaban los segundos y mis nervios empezaban a hacerme temblar, las manos me sudaban y ya estaba temiéndome lo peor .
Matt se levantó de la mesa:
- No sé cómo contarte esto. Esta mañana tus padres llamaron por teléfono para hablar contigo. Estaban bastante nerviosos. Querían hablar contigo y ..
Y se empezó a reír. Debí haberlo visto. No es la primera vez que me gasta este tipo de bromas y siempre acaba jugándomela. Sacó dos cervezas de la nevera y una bolsa de patatas y, ofreciéndome una, esperó a que le contase todo.
Tras relatarle la noche – con todo detalle, ya que no se conformaría con menos – pude por fin deshacer la maleta y ducharme. Matt me propuso comer fuera ya que el día estaba bastante bueno pero yo necesitaba descansar y dormir un poco, por lo que después de comer, él se marchó a la piscina.
Yo, por mi parte, me tumbé en la cama a intentar dormirme. Pero no sé si era el calor, la comida o esta sensación de querer hablar con Jason que no conseguía hacerlo. Me debatía entre escribirle ahora o llamarle más tarde mientras la televisión mataba el silencio sin que nadie la escuchara.
Una hora después desperté. La televisión se había apagado y el móvil se había perdido entre las sábanas. Lo miré. Una veintena de mensajes de Matt para que bajase a la piscina y uno de Jason, que seguía esperando que yo le escribiese, como le dije que haría.
- Hola Jason. Esta noche Matt no estará en casa, si quieres podemos cenar aquí tranquilos los dos y pruebas mis dotes… culinarias.
Tardó un minuto en responder que sí. Por lo que ahora tendría que empezar a pensar en qué hacer, dónde ir a comprar y, sobre todo, cómo echar a Matt de casa.
Bajé a la piscina y le conté el plan a Matt. Por supuesto que no tenía ningún problema en irse. Lo bueno de ser verano en una isla es que siempre hay planes que hacer. Me indicó dónde ir a comprar y le empujé al agua antes de irme.
Compré. Llegué a casa y me puse a preparar todo lo necesario para la cena. Mantel, velas, dos botellas de vino a enfriar, cena en el horno y me metí en la ducha.
- La camisa – me dije a mí mismo mirándome al espejo y soltando la camiseta que sostenía en la otra mano.
Me peiné y bajé a terminar de preparar lo que quedaba de la cena cuando, puntual, Jason llamó al timbre.
Siempre me dejas con la intriga 🥰
Siempre me dejas con la intriga 🥰
Bravo!!! Queremos más!!!
Qué bonito, te quiero